La lista de las mejores series españolas de 2022 sirve como excusa para hacer balance de un año que no es el mejor ni el peor, pero que sí deja ver algunas tendencias. Una, a la uniformización tanto en los formatos como en el tipo de historias, lo más blancas posibles. La televisión de hasta hace menos de 10 años hacía ficción de una determinada manera por buenas razones de mercado, y no ha cambiado tanto como nos gusta pensar. Y el criterio sobre lo que es «bueno», «malo» o «regular» se sigue modulando en torno a ellas.
Otra, la irrupción de las coproducciones, directas o vía plataforma internacional, con un ojo en los mercados globales, algo que cada vez va a ganar mayor peso, hasta el punto de tener series españolas que se estrenan en América Latina sin tener fecha aquí. Y una tercera, que la nota media ha descendido. El ritmo y el nivel de producción se mantienen, pero el resto no. Tener mucho presupuesto o buenas intenciones no garantiza la calidad, y asistimos a series con guiones que no confían en sus propios espectadores o narraciones planas con niveles de exigencia inferiores a los del abierto de otras décadas.
Continúan existiendo una docena larga de series de sobresaliente o notable alto. Aquí contamos 10, pero podrían ser 15, quizás 20, pero suponen menos de un tercio de los casi 70 títulos que se han estrenado, de los cuáles la mayoría no llega al aprobado.
Ahora sí, el Top 10. Las mejores series españolas de 2022 según Cine con Ñ. Que son 10. Más o menos.
MEJORES SERIES ESPAÑOLAS DE 2022
10. ENTREVÍAS
José Coronado y Luis Zahera enfrentados por la especulación urbanística y la gentrificación en un barrio ficticio con el nombre de otro real y haciendo un remedo cañí de Gran Torino (2008), de Clint Eastwood. Sinceramente, poco más se le puede pedir a la vida. Aunque dista de ser la serie perfecta en su género, Entrevías consigue ser popular (y sus números lo prueban) sin perder la cara a cierto thriller más elaborado y en el que el sitio donde se coloca la cámara o la fotografía tienen su relevancia temática y narrativa.
Con los mismos argumentos podría aparecer en este puesto Desaparecidos, al menos su temporada uno, emitida en Telecinco este año aunque se estrenó en Prime Video en 2020. Pero las temporadas dos y tres, que sí que han llegado al streaming en 2022, son una bajada de calidad tan grande que queda descartada.
9. SER O NO SER
También con los mismos argumentos en este puesto podría estar Tú no eres especial. Pero está Ser o no ser, la serie creada por Coral Cruz. El canto de cisne de los experimentos de PlayZ, que es fácil elogiar por la causa que trata, pero qué va más allá en la manera de contarlo. Su primera virtud es que es una serie de adolescente en la que se consigue reflejar sus problemas sin contaminarlos del filtro de los adultos, pero de manera que un adulto puede comprenderlos sin juzgarlos. Pero también destaca por el juego de la ficción como método de búsqueda del verdadero yo, de la redención a través de lo cotidiano y su capacidad para las dobles lecturas.
8. TODOS MIENTEN
Con los mismos argumentos que voy a dar, aquí podría estar Sagrada Familia, con la única diferencia de que donde la serie de Manolo Caro es fuegos artificiales y guiños cinéfilos a través de la escenografía, la de Pau Freixas es contención y los mismos guiños pero a través de la narrativa. Una serie que se ríe de los dramas de otras y de los suyos propios, que cuestiona la validez de ciertos clichés de ficción que se venden casi como fantasías aspiracionales cuando en la vida real suponen tragedias tremenda y que amolda su propio estructura al reflejo de la hipocresía como eje vertebrador de sus personajes. Una serie trampa con un guión honesto y un par de actuaciones sobresalientes, a la que quizás ha perjudicado estrenarse tan pronto en el año para estar más arriba -o simplemente, estar- en este tipo de listas.
7. 800 METROS
La docuserie del año en un año de docuseries. Para empezar, un reportaje periodístico que no tiene problemas en explicar su propio proceso de construcción para ser completamente honesto. 800 metros presenta muchos datos ya conocidos y otros que no se suelen destacar en los titulares sin efectivos pero de manera entretenida, y comprende perfectamente que explicar las acciones de un criminal no es justificarlas. Ahí es donde se destaca sobre cualquier otro producto de este formato, en decidir que debe reflejar motivaciones aunque puedan incomodar a su público y que demonizar a un terrorista tiene nulo valor informativo.
6. FANÁTICO
Un discurso maduro y desencantado sobre la fama, las redes y la autoimagen de la juventud actual. Rozando la distopía de ciencia-ficción, aunque recordándonos que no, que en algunos momentos casi está rodando un documental, Fanático explica perfectamente por qué alguien podría obsesionarse con ser famoso, el poco poso real de las imágenes efímeras que vende el espectáculo actual y narra una bajada a los infiernos muy creíble. Y sin perder el humor negro.
Con los mismos argumentos, en esta lista podría estar Crímenes online, la miniserie de Carlo Padial conducida por Samantha Hudson que se burla de la «cultura de la cancelación». Si mezclamos la autoconciencia culpable pop de Fanático y la honestidad sobre cómo se hacen las salchichas de 800 metros y le echamos el sentido del humor en elipsis habitual de Padial, sale esa docuserie de Atresmedia. Pero alguna se tenía que quedar fuera.
5. RAPA
Los Coira se corrigen a sí mismos y cuando todo el mundo esperaba una especie de «Hierro con frío» se marcan una deconstrucción del thriller, del policial con nublado y claustrofóbico nórdico y de todo lo demás. Sus dos detectives no son simpáticos, no saben tomarse la justicia ni por su mano ni por la vía legal, están tan desnortados como todo el entorno corrupto en el que se enclavan. No es un policial en el que todo se cierra, sino uno en el que todo queda abierto, incluido como nos sentimos ante la forma en la que nos lo acaban de contar.
4. NO ME GUSTA CONDUCIR
Borja Cobeaga le vendió a Juan Diego Botto su papel con el peor resumen de la historia de la televisión en España: un tío de 40 años que se saca el carnet de conducir. Aún así la serie le exprime todo el jugo cómico a la premisa con un protagonista insoportable pero querible y unos secundarios entre los que brilla David Lorente como el profesor de conducir más sabio y más cuñado de la historia de las autoescuelas. Una historia sobre hacerse adulto, la importancia de la familia y la capacidad para aprender, no precisamente a conducir, a la edad más inesperada.
3. ¡GARCÍA!
La mejor serie de acción del año, que se toma en serio el género superheroico sin dejar de extraerle su parte inevitable de comedia y sin miedo al ridículo al abrazar el pop y la sátira. Recoge lo mejor del cómic que adapta y lo convierte en una narración audiovisual equivalente, pero propia, en la que las cuestiones incómodas sobre política o identidad española y cómo leemos nuestros propio pasado se colocan sobre la mesa sin juicio pero sin equidistancia. Una demostración de que a veces el género fantástico puede analizar la actualidad con más acierto que el drama más elaborado.
2. APAGÓN
La serie de nuestras pesadillas, recordatorio de la reciente pandemia y quizás anuncio de los desastres que vienen. Inspirada en la francesa El Colapso y el podcast El Gran Apagón, pero jugando en su propia liga, el artefacto empastado por Fran Araújo e Isa Campo mantiene en tensión en cada una de las cinco variaciones sobre el mismo tema que propone, con enlaces evidentes pero no obvios entre ellos y un equipo de dirección comprometido con lo que cuenta. Apagón tiene, de hecho, uno de los mejores episodios individuales del año (solo superado por otro de la serie que supera a esta), ‘Supervivencia’, el del tándem Alberto Rodríguez-Rafael Cobos, protagonizado por un Jesús Carroza que se merecerá todos los premios que reciba.
1. LA RUTA
La serie española mejor escrita de este año y de unos cuantos más gracias al salto mortal de contarse hacia atrás en el tiempo, poniéndose a sí misma a prueba con cada episodio. Personajes que van creciendo conforme se alejan de lo que creíamos que deberían ser y al mismo tiempo sirven como explicación de los orígenes culturales y sociológicos de eso que entonces se llamó La Movida Valenciana, Ruta Destroy y desde los 90 bautizamos como La Ruta del Bakalao. Un drama humano con tantas capas narrativas como visuales, que acompasa música, historia y planos como un todo. Un todo que baila hasta que te duelen los pies.
Arbitraria, probablemente ridícula, desde luego opinable. Esta es la lista de mejores series españolas de 2022 que se ha consensuado en Cine con Ñ. Ahora esperamos la parte divertida: debatir sobre ella.
