Una serie documental ambiciosa que sabe que Nadiuska no fue solo Nadiuska y aprovecha para denunciar toda una forma industrial y social de tratar a las actrices
El enigma Nadiuska: ‘Giri’ o la obligación de la gratitud

El enigma Nadiuska es una serie documental de tres episodios que pone en contexto la carrera de Roswicha Bertasha Smid Honczar, mejor conocida como Nadiuska, la actriz considerada mito erótico de la Transición y el cine del Destape. Tras ser una de las personas más famosas de España entre los 70 y los 80, la actriz acabó arruinada, llegó a vivir en la calle y desarrolló una enfermedad mental, de manera que ha pasado los últimos 20 años en un centro de carácter religioso atendida por monjas. El documental explica su ascenso y caída, pero también la cultura machista del Destape que la llevó a ello.
Atresplayer sigue revisitando la historia reciente de España a través de iconos de la cultura pop que resuenen con temas actuales como el feminismo o los derechos LGTBI, en esta ocasión dándole la ocasión de dirigir su propia serie documental a una de las personas que lo empezó todo, la periodista Valeria Vegas, autora de la biografía de Cristina Ortiz, ‘la Veneno’, que adaptaron Los Javis. También continúa la línea de revisitar el Destape que se vio en Pajares y CIA (2022) o el programa doble de Cristo y Rey (2023) y Una vida Bárbara (2023), aunque se permite un giro aún más crítico, tanto política como socialmente, que cualquiera de ellas.
De hecho El enigma Nadiuska es inseparable de otros documentales como Mujeres sin censura (2023), de Eva Vizcarra, que acaba de pasar Sitges y se estrenó en Málaga este año, o el Susana y el sexo (2021) de RTVE Play. Un regreso al Destape en términos avergonzados para la sociedad española, tamizándolo con el punto de vista del #MeToo para entender las violencias que sufrieron todas aquellas actrices y el tiempo que se ha tardado en entender el proceso sin seguir erotizando aquel cine o analizándolo desde el morbo o el juicio moral. Nadiuska fue la más representativa de todas ellas y, de alguna manera, resulta el vehículo adecuado para ello.
Nadiuska y las demás

Lo interesante del documental es que aprovecha muy bien sus tres episodios para, en general, contar un montón de datos ya conocidos, aunque quizás no tanto por el gran público. El descenso a la pobreza de la gran diva del Destape, los abusos sufridos en el set por personajes como el cineasta Ignacio F. Iquino (el único que recibe un #MeToo propiamente dicho, fallecido en 1994 y cuyas prácticas habituales en rodaje han sido contadas varias veces tras su muerte) o la posterior quiebra económica tras ser estafada hasta caer en la mendicidad fueron explotadas por el morbo de la prensa u otros reportajes.
Pero El enigma Nadiuska sabe que Nadiuska no es solo ella y, lo que la alemana no puede contar, ahora que vive retirada, lo cuentan Sandra Alberti, Petra Cristal, Pilar Valero, Silvia Aguilar (con uno de los testimonios más impactantes), Sandra Mora, Josele Román, Lone Fleming, Amparo Muñoz, Ivonne Sentis… El segundo episodio de este documental consigue llegar, en algunos aspectos, más lejos que Mujeres sin censura o Pajares y CIA y denuncia una forma de trabajo y de maltrato industrializada hacia los cuerpos de las mujeres que además se pagó con juicio social y desprecio profesional que solo ahora empiezan a repararse.
El sector entona un mea culpa por el abandono sufrido por Nadiuska, en algunos casos directo y en otros indirecto, que se compensa por el relato, inesperado y emotivo, de su rescate final. No es solo que la Fundación AISGE se haya encargado de dar el respaldo económico que necesitaba para sus cuidados ya en la ancianidad en la enfermedad, sino que en primer lugar fue atendida por Salvador, un antiguo alumno del maestro Yamazaki, el profesor de esgrima que tuvo la actriz en Conan el bárbaro (1982), y que le pidió hacerlo como parte del giri, el concepto japonés que alude al favor que se hace con agradecimiento por poder llevarlo a cabo.
Nadiuska y ahora

Porque El enigma Nadiuska, donde otros habrían caído en el morbo o vadeado las polémicas más espinosas, no tiene problemas en conectar a la actriz con la actualidad con testimonios de actrices actuales que han sufrido situaciones similares, desde Berta Vázquez hasta Lidia San José, pero tampoco en dejar a Nadiuska en paz. La diva no concede entrevistas, tiene una vida normalizada en el centro donde reside y en el que solo acepta visitas de unos pocos allegados, y se ha retirado de ese mundo que tanto daño le hizo. Y así debe permanecer.
Porque además, cuando parece que El enigma Nadiuska va a coquetear con la conspiración, lo que hace es deslizar otra conclusión, presente igual en La última noche de Sandra M., de Borja de la Vega. Quizás Nadiuska nunca huyó de un examante poderoso y ni siquiera coincidió en su vida con Juan Carlos I, pero cada vez que revisitamos la Transición y el Destape con el antiguo héroe convertido en villano, además en una particularmente miserable y turbio, como en Cristo y Rey, ¿no estamos impugnándola? Esta reivindicación feminista de las actrices de los 70, ¿no es más 15M que el propio 15M, que no es que quiera destruir lo prometido, sino que pide que se cumpla?
Pasando a los títulos de crédito. El enigma Nadiuska es uno de los mejores títulos de esta oleada de miniseries documentales sobre aquellas películas infames de los 70 y 80 porque supera su condición de reportaje y hace de la necesidad —la ausencia de la protagonista si lo que desea es reivindicarla de verdad, no hacerle daño— su mayor virtud —no limitarse a una morbosa biografía corazonera, sino a un retrato social mucho más amplio y ambicioso—.
Imágenes: El enigma Nadiuska – Atresplayer
