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Cuéntame, episodio 389: Váyase, señor Alcántara

Los Alcántara vuelven al formato tradicional de la serie abrazando la actualidad de los 90 de forma sutil y con mucha retranca

Cuéntame, episodio 389: Váyase, señor Alcántara 1

Cuéntame T22, que se dice pronto. Los Alcántara han llegado al año del Señor de 1993 y la serie ya luce 20 añazos en prime time, aunque en cronología interna pase de 25 incluyendo un flashforward -¿o toda la serie es un flashback?- a 2020/21 en la temporada anterior. Retomamos el hilo de la narración con Toni Alcántara chalaneando en Moncloa a las órdenes de Felipe González, Inés rodando con Fernando Colomo, María con sus estudios de medicina y su noviete y Antonio y Merche de vacaciones en La Habana.

El salto es, la verdad, sorprendente para bien. Si en la temporada 21 se podía reprochar que, más allá de un par de referencias a la Expo, Juegos Olímpicos y actualidad internacional de la época, 1992 no influía en el culebrón Alcántara, en la 22 se abraza el 93 de formas muy sutiles. Habría estado bien que de repente narrase Silvia Abascal como María Alcántara adulta, o un vistazo a uno de los sobrinos rodando un documental sobre la trayectoria de Toni ya en 2022. Pero bueno, le atizan a Felipe González, así que menos da una piedra.

Una vez más, RTVE saca más jugo a sus productos-marca vía redes o internet, ahora con RTVE Play, que en la propia emisión en abierto. Algo que llama la atención, cuando el público fiel de esta ficción seguramente siga consumiendo por la vía tradicional e incluso los hashtag de redes se coordinan con la misma y no con la emisión más tempranera vía plataforma. Nada extraño: lo vivíamos parecido hace menos de una semana con Los misterios de Laura, con las temporadas recientes de Estoy vivo y mientras ni siquiera se plantea el regreso de El Ministerio del Tiempo.

Crítica de Cuéntame T22 capítulo 389 sin spoilers

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El fichaje estrella de esta temporada no es Nacho Fresneda ni Kiti Mánver, que aún no han salido y serán bienvenidos cuando lo hagan, sino el nuevo coordinador de guión, Sergio Barrejón. Bragado en series diarias como Amar es para siempre o Servir y proteger, su firma también aparece coescribiendo las recientes Lucas o el corto Yalla. En las entrevistas Barrejón prometía una especie de regreso a las esencias, que está en este primer capítulo de la temporada, y se guardaba una subida del dial en la evidencia del nivel de crítica social.

Digamos que casi todo lo que es Cuéntame sigue aquí, limando cosas que han desagradado a los fans en las últimas entregas, pero tiene espolvoreado genuino sabor noventero. El regreso de Fernando Colomo como amigo/jefe de Inés -¿Rodando Alegre, ma non troppo? El juego que habría dado sacarlo antes con Chicas de hoy en día– da para bromas metacinematográficas muy evidentes pero graciosas y con su puntito de mala leche, aunque sea la parte tragicómica de Antonio y Merche en Cuba la que clava mejor el tono de las comedias de la época.

De nuevo Cuéntame, por acción u omisión, se dedica a retratar cómo los españoles nos vemos a nosotros mismos. Cuando empezó a contar los 60 y 70 había una historia común consensuada intergeneracional y casi sin fisuras mediáticas. Sobre los 90 no está todo tan claro, en ninguna parte del espectro de nuestra polarización afectiva famosa actual, así que la forma de meter cuerno es mantener un tono neutro, casi descriptivo, que hace que las críticas -sacudir en un mismo paquete Franquismo, Castrismo cubano y, ejem, Felipismo y neonazis- canten más.

Esperando el codazo de Tassotti

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Por cierto, ya que estamos: la semana que viene Filmin va a estrenar un documental dedicado a la trayectoria del periodista Manuel Campo Vidal, película que ya incluye en su tráiler destacado el hito del primer debate electoral televisado de la democracia, el célebre Felipe González versus José María Aznar. Ese que vimos la temporada en el episodio 385, dirigido por Óscar Aibar, titulado socarronamente ‘El arte de amarnos‘ por otras cosas de la serie.

Esta coincidencia cósmica es relevante en parte porque Toni Alcántara sigue metido hasta el corvejón en el Felipismo, desde ahora siendo el primer tipo que advirtió sobre Roldán. Como antes lo fue del GAL. ¿Se dan cuenta? Está de mano derecha del mismísimo Isidoro, el señor X, un tipo que, en su universo de ficción, fue el primer periodista en denunciar el GAL y hasta se lo filtró a Pedro J. Ramírez. Y ahora se dedica a chalanear con los medios para tapar que un etarra «se ha caído por la ventana en una comisaría de Bilbao».

Si ese cacao, con la abuela y la ex mujer ejerciendo de conciencias y la crisis del 93 de fondo, no fuese suficiente, le añadimos el regreso de Oriol, el hijo de Inés, convertido en… neonazi, porque la vida no se repite, pero muchas veces rima. ¿Recuerdan de qué trabajaba este personaje, ya cuarentón, en lo que vimos de él en los saltos al presente de 2020? Exacto, de Policía. Esto se ha emitido en horario de máxima audiencia en La 1, pero igual nadie que pueda poner el grito en el cielo sigue ya la serie.

¿A qué hora echan Farmacia de Guardia?

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Por aquí seguimos echando de menos quelos millennials le interesen a la trama. No se trata tanto de guerra generacional como de tener claro el propósito de Cuéntame cómo pasó a estas alturas del partido. Es decir, refleja muy bien las miserias y la decadente autopercepción de la generación que hizo la Transición, exultante durante los 2000 y deprimida ahora. Pero sus hijos, como a la economía y la vida en general, parece que le seguimos dando un poco igual. Habrá que ver en qué se traduce el cambio de actores en los personajes infantiles.

Este capítulo 389, además, ha abierto con Raphael y cerrado con Silvio Rodríguez en un doble tirabuzón que no mira a 1993, sino a este año, a 2022. Inés canta una canción dedicada a condenar a Pinochet en un montaje paralelo en el que a sus padres los deportan de Cuba por ayudar a una gusana y su hijo se rapa la cabeza para transformarse definitivamente en skin. Que encima a todo esto le hayan metido alguna referencia a Graham Greene es ya la repanocha.

Bueno, por ir terminando. Es un buen primer capítulo, que remonta vicios de la temporada anterior que se habían compensado por el salto al presente y los juegos que permitía. Es curioso, porque precisamente regresando a su estándar ha sido cuando Cuéntame ha vuelto a hablar de las preocupaciones de la actualidad más directamente, además de subrayar de forma sutil las cojeras de nuestros relatos colectivos actuales. Si aguanta el tipo y contiene las ansias culebrónicas, será de verdad un regreso a las esencias.

Imágenes: Promoción de Cuéntame T22 – RTVE
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