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Momias: La solvencia y los límites de la animación española

La película de animación demuestra que se puede hacer un producto comercial de primerísima calidad, pero también que aún solo se dirige a los más pequeños

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El más allá del Antiguo Egipto existe y en él viven momias. La nueva película de animación española fabula sobre esta ciudad de muertos vivientes en la que la Princesa Nefer debe casarse con Thut, un ex auriga de carros, por mandato divino. Todo empieza a cambiar cuando un coleccionista de arte egipcio descubre la existencia de la ciudad de las momias y roba el anillo de compromiso de Thut y Nefer. Para no ser privados de lengua y ojos, ambos acudirán al mundo de los vivos en 2023, acompañados del hermano de Thut y su mascota.

Heredera intelectual —sus guionistas y su director trabajaron en ella— y comercial de la saga de Tadeo Jones, Momias es un nuevo acercamiento ambicioso para el cine español de animación. Como ha ido pasando con Tadeo, esta nueva película ha asimilado al 100% el canon infantil exportable, es decir, confecciona un producto que puede funcionar tanto aquí como en Kuala Lumpur, al modo universalizable que ha estandarizado Disney desde siempre. Aún así, pese a que los personajes mueven la boca para hablar inglés, se permite algún que otro guiño reservado para la madre patria española.

El resultado es el de una producción de primerísimo nivel, aunque no supere el escollo de apelar a un público que supere los 10 años. Momias hace algunos intentos de buscar algo más y su atención por el detalle es muy de agradecer, pero el guion no termina de tener la complejidad y la pericia de Disney o Pixar a la hora de dirigirse a un espectro más amplio de la familia. Aún así, Momias es un entretenimiento tan bien pensado y ejecutado que no aburrirá a nadie aunque no todos la disfruten por igual.

Papiro de primera calidad

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Con una historia que va a lo que va sin dar demasiado rodeos, Momias se preocupa por plantear un universo basado en las antiguas creencias egipcias lo suficientemente perfilado y explicado para que, primero, resulte simpático y, después, para que los personajes puedan aterrizar en él sin que parezca un mero decorado de fondo. Ya en tierra firme, los protagonistas tienen motivaciones, miedos y deseos personales apuntados de forma esquemático pero con inteligencia. Vienen y van y se relacionan con un cierto sentido.

Aventura, comedia, acción… el despliegue y versatilidad de la animación de Momias impresiona. El sector de la animación en España demuestra otra vez que es capaz ya de desplegar un nivel de depuración técnica y artística —lo de los recursos económicos ya es otro tema— que tiene poco o nada que envidiarle a cualquier estudio norteamericano o francés. La experiencia como director artístico de Juan Jesús García Galocha se nota en una película en la que todos los elementos (luz, colores, movimiento de personajes, 3D…) funcionan. Hace que una película que ha costado 11 millones de euros parezca de 100 o 150.

Las limitaciones de la animación española

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El tema del gran nivel de la animación en la película lleva a la otra cara de la moneda, la menos feliz. Momias despliega esos valores de producción porque ha conseguido una importante financiación y apela a muchísimos mercados donde se puede estrenar. De hecho, hará números históricos en taquilla a nivel internacional precisamente porque tiene las puertas abiertas de par en par en el circuito de distribución que ofrece el cine infantil (cada más en auge por sus garantías de taquilla) para un estudio de Hollywood. Y eso limita las posibilidades creativas de la propuesta desde un inicio.

Una película como Klaus (Sergio Pablos, 2019) demostró que puede haber un espacio en la animación española para un producto comercial para toda la familia, pero sin resultar demasiado infantil. Para entendernos, algo entre medias entre Tadeo Jones 3 o Momias (ambas más que dignas) y Unicorn Wars. Pero claro, para que no sea una utopía o una exigencia de crítico desubicado te lo tienen que financiar, algo que está claro que, por ejemplo, Netflix parece no estar dispuesta a hacer: ha cancelado su participación en Ember, lo nuevo de Pablos.

Volviendo al dios Ra: Momias es una película divertida, más que bien montada y empaquetada. Un producto hecho con cariño a nivel artístico y con olfato comercial. Eso no quita que su guion, pese a que busque tener un gesto con todo el mundo, se quede corto a la hora de ofrecer un entretenimiento que vuele un poco más alto. Quizá pedirle a un sector que necesita de mucha financiación para resultar viable que no sea tan conservador puede resultar ingenuo, pero no hacerlo sería negarse la posibilidad de llegar a una nueva dimensión que está más cerca de lo que parece. Y Momias es la prueba.

Imágenes: Momias – Warner España
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