1. Análisis
  2. Por qué el especial de ‘Los Serrano’ demuestra que la vida es un sueño de Resines

Por qué el especial de ‘Los Serrano’ demuestra que la vida es un sueño de Resines

El especial de Mediaset sobre su megaéxito de los 2000 ha sido un ejercicio de nostalgia bastante soso, pero que cuenta cosas de cómo se afronta generacionalmente la ficción como evento compartido

especial Los Serrano 20 aniversario

Los Serrano son Diego Serrano, Lucía Gómez y sus hijos, tres chicos de él y dos de ella de anteriores matrimonios… Bueno, aquí normalmente iría una sinopsis, pero esta ya os la sabéis. Se acaba de emitir el especial de Mediaset por el 20 aniversario del estreno de la serie, seguido de la reposición del 1×01. ‘Bienvenido al mundo Serrano’, dirigido por Begoña Álvarez Rojas (Desaparecidos) y con guión de Humberto Ortega (Heridas), Álex Pina (sí, el mismo, acreditado como cocreador de la serie) y Jorge Valdano Sáenz (en breve con Pollos sin cabeza en HBO Max).

Un especial que no ha sido nada del otro mundo. El reparto apenas hace un cameo saludándose —en la grabación de un videoclip de Fran Perea, ni siquiera para esto—, y del equipo creativo solo comparece Daniel Écija, con explicaciones muy interesantes, pero sin ningún otro guionista o director que lo acompañe. El resto son analistas: el crítico Alberto Rey, el escritor Sergio del Molino y los humoristas Esty Quesada, Ger y Bertus. Sí, un columnista de El País, otro de El Mundo y tres streamers/creadores de contenido, estos últimos, además, por edad, espectadores acríticos de la serie en su momento.

Más interesante ha sido revisitar el 1×01, no porque haya «envejecido mal», sino porque no lo ha hecho. Aparte de la poesía ozoriana de ver al mediano de los Serrano fingir que usa de hilo dental un tanga de su hermanastra —chiste, aunque cueste creerlo, sin componente sexual— llama la atención que, muy al principio, la serie jugaba con el contraste Madrid-Barcelona, en el que las hijas de Lucía son catalanas de pura cepa —aunque no hablen ni papa de catalán— y, por comparación con los castizos madriletas, unas «pijas». Hoy, quizás, el tópico iría al revés.

El ozorismo nunca muere

especial Los Serrano 20 aniversario

Por otra parte, el evento en sí y las características como ficción de Los Serrano vienen a subrayar lo que decíamos hace unos días por aquí: no hemos cambiado tanto y las historias «para la señora de Cuenca» siguen siendo el mínimo común denominador de la ficción audiovisual española. Un día después de este especial, el domingo 23, La 1 de RTVE estrena otra serie familiar con target «pesca de arrastre» producida por Daniel Écija y con Antonio Resines y Antonio Molero en el reparto, 4 estrellas.

En las pausas publicitarias del magno evento, de hecho, se podían ver anuncios de ¡Vaya vacaciones!, la comedia familiar de Mediaset dirigida por Víctor García León. En el fondo, otra iteración de lo que en su momento fue Los Serrano: envoltorio de deconstrucción punki —en 2003 el ozorismo se creía superado y las burradas de Diego, Santi y el Fiti los adultos las entendían como paródicas— y fondo blanco y entrañable. No es malo ni bueno, es una zona de confort y es rentable, y las productoras y las televisiones, entre otras cosas, quieren ganar dinero.

La clave de por qué esto nunca dejará de funcionar la da el propio Daniel Écija cuando explica que, para el polémico final, pensó en la sensación de irrealidad que tuvo ante la muerte de su padre o de otros familiares. Levantarse al día siguiente y pensar: «No es posible, sigue aquí, ha sido un sueño». La nostalgia por Los Serrano, en parte, es por el evento compartido y esa gran familia extendida de la niñez, y es lógico que cierta sección de la generación que la vio de adolescente, por la edad que tiene, conecte con ella.

Los Serrano y la cultura del meme

especial Los Serrano 20 aniversario

Aparte el aniversario certifica dos cosas: estamos saturados de nostalgia y de metalecturas. Alberto Rey, el más acostumbrado a analizar estas lides, insiste en la categoría de meme alcanzada por la serie. Es un significante común, capaz de jugar con la idea del meme antes de que la palabra fuese de uso común. El sueño de Diego Serrano tiene una lectura familiar, pero también es un chiste que dialogaba con las leyendas urbanas del primer internet, en las cuales se bromeaba con finales similares, pero inexistentes, para series infantiles como Doraemon y Oliver&Benji.

El especial del 20 aniversario de Los Serrano es tan meta que hasta se diría que al menos Esty Quesada y Sergio Molino se están riendo un poco de la serie y a sus responsables les parece bien. También habla un poco de cómo cambian las percepciones según la edad. Por ejemplo, los comentaristas más jóvenes recuerdan las canciones de Santa Justa Klan y su ‘No te hagas la estrecha’ como una especie de incorrección naturalizada, pero los mayores recuerdan que ya en ese momento chirriaba tener a niños cantando eso. No es bueno, malo o cancelación, solo es.

Bajando la persiana de la tasca, desde aquí no sabemos si Los Serrano fue nuestra Friends —la una empezó en 2003 y la otra acabó en 2004— ni si algún día se repetirán esos eventos «sociales» —que no lo fueron tanto, pero ya quisiera cualquier serie actual los 3,5 millones de espectadores y el 20% de cuota de su temporada más floja—. Solo que ciertos temas y formas de contarlo, por hábitos de consumo que no han desaparecido, sociología y, por qué no, tradición cultural, nunca se irán. Como el jamón bien cortado y los chistes con los que te ríes de bestias que son. La sal de la vida.

Imágenes: Los Serrano – Mediaset
Menú