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Paraíso temporada 2: Atar perros con loganizas

La serie de Movistar Plus+ se quiere tanto a sí misma que no es consciente de haberse convertido en una tontada carísima de impresionantes efectos especiales

Paraíso temporada 2: Atar perros con loganizas 1

Paraíso temporada 2 continúa en 1995 con los fantasmas de Javi y sus amigos aún atados a Almanzora y la aparición de un nuevo grupo de No Muertos, las Novavis, que desea destruir el pueblo para crear su propio ritual de regeneración. Con la ayuda de los vivos, los jóvenes fantasmas adolescentes deberán encontrar la manera de impedir que se cumplan las profecías.

Para homenajear a los años 90, en cuya nostalgia se recrea esta serie, y hacer justicia al tono, escribiré esta crítica como lo habría hecho un adolescente de la misma época y con la misma mentalidad, evolucionada por las canas, que da lugar a series como Paraíso: «Vaya españolada, macho, se ve que solo intentar copiar series mucho mejores que vienen de fuera». Y con coda actualizada a 2022: esta es una serie de la escuela Élite. No está dirigida a quien dice que está dirigida, sino a gente más mayor que proyecta fantasías sobre su infancia o adolescencia.

Esta serie tiene mucho trabajo detrás y se puede entender que moleste que vengamos los demás a decir que han hecho un Strangers Things solo que con chiringuitos de playa. Pero si no quieren que les digan que han hecho un Strangers Things castizo… pues que no hagan un Strangers Things castizo. Que alguien ruede una tontada carísima no hace que los demás estemos obligados a reírle las gracias, la verdad.

Crítica de Paraíso temporada 2 con la tabla de ouija en modo off

Paraíso temporada 2

Empecemos por lo bueno. Los efectos especiales de Paraíso temporada 2 son impresionantes. Probablemente hablamos de la serie española con los VFX más trabajados y espectaculares de la historia, en una serie en la que pocos planos no tendrán ese tipo de posproducción. Se ha rodado para ello. Mejoran a los de la temporada 1, que ya eran notables, y dan el pego incluso en los momentos más complicados. Deberían llevarse todos los premios del ramo habidos y por haber y levantan algunas secuencias de narrativa plana o confusa.

Porque ese trabajo impresionante de edición está al servicio de una colección de clichés de nostalgia impostada, personajes sin personalidad supuestamente pensados así para un público infantil o adolescente cuando en realidad son descaradamente proyecciones de sus autores adultos y una mezcla sicalíptica de buscar detalles patrios para tener aire cañí y los referentes de la cultura estadounidense que se quieren realmente homenajear. Todo esto de mezclar Cuentos de la cripta y casos judiciales del mundo real ya lo hizo mejor Feria: La luz más oscura, y ahí está, cancelada y sin final porque no la vio nadie. Pero las series de Movistar Plus+, aunque digan lo contrario, no están pendiente de si las ve alguien.

Por otra parte, como producto nostálgico y de fantasías proyectadas de los autores, Paraíso acaba regalando momentos de comedia involuntaria, algo que es más gracioso aún si se tiene en cuenta que parte de un guión que se toma absolutamente en serio a sí mismo en cada línea, sin ser consciente de que solo es un fanfiction muy caro y que ningún adolescente va a verlo ni le va a interesar lo más mínimo. De verdad, que quien escribe esto es de la misma quinta y pilla toda las referencias del chaval más frikardo -que si Doctor Manhattan, que si no sé qué-, pero estas cosas no levantan una historia ni son interesantes, y menos si no se les aplica el más mínimo sentido del humor.

Un déjà vu, sí, hijo, sí

Paraíso temporada 2: Atar perros con loganizas 2

Aún más vergüenza ajena dan subtramas que ya venían de la temporada anterior, como la historia de amor entre el chico gay que sufre bullying y el abusón de la clase -que va vestido como Nelson de Los Simpson, para que sepas que lo es, lo típico que pasaba en Alicante en los 90-, claramente una fantasía de alguien tipo orgía con drogas en Élite. Aunque al menos uno de esos dos personajes no está escrito con plantilla. De sus referentes yanquis, Paraíso copia hasta que «El Elegido» no tenga personalidad. En fin, el melón de la cantidad de series en las que estamos viendo fantasías sexuales de gente que o no se da cuenta o cree que es relevante plasmarlas -y no, para ser Almodóvar, Bigas Luna o Ryan Murphy hay que saber- lo abriremos otro día.

Por otra parte, los dos últimos episodios tienen un giro relativamente original, al menos en su resolución. En realidad es una especie de homenaje explícito a una película clásica de aventuras de los 80, pero no diremos cual para no reventarlo. Otra cosa es que la ejecución, de nuevo efectos especiales aparte, sea torpe y previsible. La tendencia de la serie al travelling en círculos mareante, la narración de las peleas de la forma más confusa posible o la grandilocuencia en escenas que supuestamente hacen grandes revelaciones pero cuyo peso posterior en el argumento es cero hace juego con lo inane de las relaciones entre sus personajes.

En fin, que Paraíso temporada 2 es matar mosquitos a cañonazos, atar perros con longanizas. Una serie nostálgica que tiene un tono completamente infantilón con la excusa de que es para niños aunque todos sea poco probable que nadie con la edad de los personajes se acerque a ella, un poco como Live is life, para intentar disimular que estamos viendo una fantasía proyectada con nulo interés artístico o de cualquier tipo. Un producto irrelevante y del que solo se recordarán los espectaculares efectos especiales y que no se entiende muy bien por qué ha recibido una campaña de marketing tan cargante cuando otras series de su misma plataforma y de mucha mayor calidad se dejan caer en el olvido fácilmente.

Imágenes: Paraíso temporada 2 – Movistar Plus+
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