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‘Zarata’ es la parodia de los tics y la hipocresía del cine indie español actual que estábamos esperando

La ópera prima de Tamara García Iglesias se estrena en el Festival de Marsella con una reflexión sobre el ruido y el discurso cinematográfico que no deja títere con cabeza en el sistema de ayudas, el inexistente #MeToo español o las jerarquías de poder en los rodajes

Zarata película Tamara García Iglesias Festival de Marsella

Zarata arranca con una carrera de caballos rodada en blanco y negro y en panorámico 2:35 mientras la voz de un director de cine desgrana su falta de respeto por los ítems que debe cumplir para recibir una subvención, que incluirá en su película a pesar de que no le importan: rodará en vasco, tratará temas sociales y contratará mujeres —añadiendo la coda de que igual incluso liga gracias a ello—. Cuando la película avance, ese director ficticio romperá la cuarta pared para quejarse del feminismo mientras presume de feminista o abusará del talento de sus empleados con maneras que contradicen su ideario presuntamente progresista.

Zarata, que significa “ruido” en euskera, es el debut en la dirección de la productora Tamara García Iglesias, una película independiente para acabar con todas las películas independientes, que ha tenido su premiere mundial este 5 de julio en el Festival de Marsella, donde compite en la sección First Film, reservada a las óperas primas. Un filme con forma de cine indie, experimental en su narrativa, preocupado por las cuestiones del feminismo, la identidad y un largo etc, en el que el formato, el blanco y negro o los encadenados cuentan cosas… pero que se pregunta constantemente si eso tiene sentido. Aquello que debatieron las redes hace ahora un año: si el cine independiente español es más conservador que nunca.

“La carrera de caballos descarnada del arranque en el fondo es la que tenemos ahora por producir, con películas con obsolescencia programada, ocho meses de vida, hasta el primer ‘festi’. El blanco y negro, la construcción teatral de los diálogos, ese 2:35 que es más paisajístico que intimista y le da falsa épica… todo va en ese camino”, explica al teléfono García Iglesias. A través de su firma Atekaleun, fundada en 2018 junto a Xabier Erkizia, ha producido cintas como O Gemer (2021), del propio Erkizia, o Sobre todo de noche, Víctor Iriarte, de próximo estreno.

Una carrera de caballos hacia los criterios del ICAA

“Ahora mismo tenemos muchísimas condiciones para poder acceder a las ayudas públicas, algo lógico y respetable porque al ser de todos debe cumplir unas exigencias, pero yo quería plantear preguntas sobre el sistema de producción que crea”, comenta la directora. “Son criterios que deciden quién trabaja y quién no en los que las necesidades de producción y su ruido se imponen a las decisiones artísticas”. La misma Zarata habla de cómo crear un proyecto a base de tachar criterios del ICAA de una lista, “provocando que medidas que se tomaron por buenos motivos, como acabar con la poca presencia de mujeres, sean ya una cuestión de financiación, no creativa o profesional”.

Por eso mismo la película apunta a “la hipocresía de seguir hablando de cine de autor, cuando lo que se ha creado es una profesión de cineasta basada en esta forma de producir, en la que no se admite que la búsqueda de la verdad que se defiende es otra mentira diferente, otra producción”. Cuestiona así, a través del director ficticio que rompe la cuarta pared para quejarse del euskera o el feminismo de forma agresiva, “la idea romántica del director creativo. Al final solo se pueden producir obras corales, si no, es admitir que estás usando a las personas. El sistema mantiene esa figura del director tirano que entiende que puede ser de una manera en su vida diaria y de otra cuando rueda. Ese arquetipo es una forma de hacer y el sistema alienta esa forma de hacer”.

Zarata

Algo por lo que la propia García Iglesias mantiene, como también se ve en Zarata, que en el audiovisual español “ni ha existido un #MeToo ni lo va a haber. Y menos ahora”. Para la cineasta “no es una cuestión revanchista o puritana, es que no ha existido una revisión de los sistemas del hacer. No porque seamos terribles como personas, sino porque somos imperfectos y creamos sistemas imperfectos, y entramos en esas dinámicas de poder de usar a las personas. Los rodajes siguen siendo muy jerárquicos y clasistas, hasta los del director más progre”.

Una película contra el cine de festival va a un festival

Zarata, por coherencia, está rodada sin recurrir a ayudas —aunque García Iglesias aclara que no está en contra de las mismas, solo pide ser consciente de sus efectos— y se rodó a saltos entre 2021 y 2022, acabando su edición a principios de 2023. Protagonizada por Ainara Gurrutxaga, Erika Olaizaola y Jabier Barandiaran, que han puesto gran parte de su formación teatral en la construcción de los personajes, García Iglesias dirige, escribe y monta. La banda sonora incluye los temas lkè de Sandra Cuesta y Unfamiliar Minds de Elena Setién.

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El hecho sorprendente es que una película hecha para poner en cuestión la construcción del prestigio del “cine de festivales” haya sido seleccionado en el de Marsella. La directora se afirma “sorprendida pero feliz, claro” y afirma estas deseando que llegue a España. “Tengo ganas de que se vea aquí porque fuera siempre hay ese componente de lost in traslation, es posible que en Francia no se lea igual que aquí”, comenta. Insiste en que no se trata de renegar de todas las obras producidas por el sistema “pero sí de plantearnos en serio sus efectos, sean negativos o positivos”.

De momento las reacciones que ha tenido incluye a dos compañeros de profesión, dos directores varones “a los que no les ha gustado nada”, se ríe, asegurando que no llegó la sangre al río. “Me preguntaron por qué nos empeñamos las mujeres en mostrar siempre a hijos de puta… y yo no veo al personaje así, lo veo como un ser humano, con sus cosas buenas y malas, y además uno de un tipo que te encuentras bastante”. Una crítica, por cierto, que el director ficticio que abre Zarata también hace al texto que está leyendo a media película, saliéndose del cuadro y comentando que el personaje igual es demasiado agresivo. Que no le suena creíble.

Imágenes: Zarata – Atelekaun
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