Manuel Cristóbal, coordinador general del Festival de Sevilla 2023, habla sobre la edición reducida del certamen, su futuro y la polémica política a su alrededor
“Hay quien se aprovecha de la exposición pública de la cultura para tener agenda política”

Manuel Cristóbal es la cara visible del Festival de Cine Europeo de Sevilla con un puesto provisional creado ad hoc: coordinador general. El certamen sevillano lleva tres meses de sobresaltos desde que a comienzos de agosto se planteó un posible aplazamiento a la primavera de 2024, no solo abandonando sus fechas habituales sino sin celebrarse precisamente en el año de su 20 aniversario. En aquel momento, la excusa presentada fue la coincidencia con la celebración de la gala de los Grammy Latino en la ciudad.
La preocupación en el sector se mezcló con el debate político, ya que Sevilla había pasado de ser gobernada por el PSOE al PP en mayo de este año y Vox, apoyo popular, había pedido durante la campaña eliminar el Festival. Las polémicas con el FICX de Gijón o la Mostra de València, además de cancelaciones de obras de teatro consideradas “de izquierdas” en consistorios con la extrema derecha en el gobierno dan testimonio de cierta psicosis al respecto que en el caso sevillano se agravó por las declaraciones cruzadas del nuevo gobierno y los anteriores responsables socialistas.
En ese contexto, el productor madrileño aterrizo en Sevilla tras la baja médica del todavía director titular, Tito Rodríguez, nombrado tras la marcha de José Luis Cienfuegos a la Seminci y que se encontró con el relevo municipal antes de poder ejercer el cargo. En el haber de Cristóbal están la trayectoria y los premios como productor de películas de animación como Arrugas (2011) o Buñuel en el laberinto de las tortugas (2019) y el cargo como asesor de Industria Audiovisual de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, que presidía Marta Rivera de la Cruz, de Ciudadanos, en el anterior gobierno de coalición entre su partido y el PP.
Este miércoles 25 de octubre presentó finalmente la programación de la “edición reducida” del Festival de Sevilla 2023, que se celebrará entre el 23 y el 29 de octubre. 87 películas (66 largos y 21 cortos) con cuatro títulos españoles en Sección Oficial, sin premios ni competición pero con un programa equivalente al de ediciones anteriores y una serie de actividades paralelas consensuadas con las organizaciones del sector audiovisual andaluz —Academia de Cine de Andalucía, AAMMA, ANCINE y AEDAVA— y se anunciarán en próximas fechas. Atiende a Cine con Ñ en el Ayuntamiento de Sevilla tras la presentación de dicho programa.
Finalmente el programa presentado es prácticamente el de una edición normal, ¿cómo ha sido el trabajo del equipo para conseguirlo?
Creo que afortunadamente Antonio Navarro [programador del Festival de Sevilla y antiguo director de la Filmoteca de Cantabria] ha hecho un trabajo ejemplar y que se ha podido ver en la lectura de las películas participantes este año. Dentro de lo que ha sido asumir la coordinación general del Festival, me he sentido muy arropado por Antonio .
Se ha comentado mucho lo reducida que iba a ser esta edición, pero ahora parece lo contrario, que va a ser difícil que encaje una programación de festival completo en la mitad de tiempo.
(Se ríe). Antonio Navarro ha conseguido una programación absolutamente maravillosa y contamos con los Cines Nervión y el Cine Cervantes para proyectarla. Caber, cabe, solo que esos días van a estar muy ocupados… y van a ser maravillosos para los amantes del cine en Sevilla.

¿En qué momento y por qué decide aceptar el puesto de coordinador?
Yo había trabajado con Ruperto Merino [actual responsable del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), institución dependiente del Ayuntamiento de Sevilla que gestiona el festival] cuando era subdirector general de Programación e Industrias Culturales de la Comunidad de Madrid, y conozco su valor como gestor cultural y su profesionalidad, así que cuando me llamó no lo dudé. Tengo muchos defectos, y la lealtad es uno de ellos.
Aparte, yo le tengo mucho cariño al Festival y conozco a mucha gente del sector en Andalucía… de hecho, ahora voy conociendo casi a la práctica totalidad. Y los retos son siempre bonitos. Lo que hice fue hacerme una composición del lugar y luego, obviamente, decir que sí, porque al final si te llaman es porque creen que puedes hacerlo. Además he contado con un equipo fantástico y el apoyo de todo el sector y todos los cineastas.
¿Cuáles están siendo las funciones de su puesto de coordinador general?
Al final estoy aquí porque desgraciadamente el director está de baja médica, que esperamos que se recupere pronto, así que está consistiendo en tomar decisiones y llevar adelante el Festival.
¿Se ha planteado que esa relación laboral con el Festival sea más larga?
Mi compromiso ahora mismo es para esta edición. Al 30 de noviembre espero llegar con buena salud y mejor ánimo y ver qué pasa, pero ahora mismo estoy centrado en la edición 2023.
¿Qué tiene en común este puesto con su anterior trabajo en la gestión cultural pública, como asesore de la Comunidad de Madrid?
Yo he sido profesional, como productor independiente. En este caso es pasar de estar a un lado de la mesa y a estar en el otro. Te ayuda porque conoces un poco el funcionamiento de la administración y por otro lado tienes el conocimiento del sector, que te permite hacer puente entre una parte y otra.
¿Y qué papel cumple en esa relación un festival como el de Sevilla?
Está claro que tú puedes tener una política de fomento de la producción propia, pero necesita las ventanas adecuadas de promoción para utilizarlas como trampolín para las películas. Es una función de los festivales imprescindible… y el Festival de Sevilla es uno de los más importantes de España.

En todo el proceso de está edición del Festival se ha insistido en el papel de las asociaciones del sector (Academia andaluz, AAMMA, AEDAVA o ANCINE, entre otras). ¿En qué ha consistido exactamente?
Mi incorporación coincide con una reunión entre el ayuntamiento y las asociaciones que se han mencionado, representantes del sector andaluz que propusieron una colaboración absoluta. A muchos ya los conocía y creo que vieron la dificultad de la misión que estábamos llevando a cabo y me he sentido absolutamente arropado. Hemos podido programar unas actividades paralelas que en numero son iguales a las del año anterior gracias a que nos hemos sentado a hablar de cómo querían participar en el Festival y cómo querían empezar a sentirlo como suyo. Esas actividades se irán anunciando en próximos días.
¿Se puede descartar la preocupación que ha existido en el sector por la continuidad del Festival de Sevilla o su traslado permanente a primavera?
Se han dado un cúmulo de circunstancias bastantes peculiares. Un festival que primero decide abandonar sus fechas habituales, que luego tiene una baja médica de manera repentina… pero su continuidad nunca ha estado en riesgo, ni tampoco sus fechas habituales. Ahora parte de lo que hay que hacer es consolidar la apuesta del Ayuntamiento de Sevilla por el Festival de Cine Europeo, y por eso cuando yo me incorporé, en la misma nota de prensa del anuncio, se incluyeron las fechas de 2024 [del 8 al 16 de noviembre, las fechas habituales del certamen], para dar esa tranquilidad.
¿El Festival de Cine Europeo necesita ese salto de calidad que se anunció desde el nuevo gobierno de Sevilla?
Ahora mismo yo estoy centrado en la edición de este año. Hemos logrado en muy poco tiempo recomponerlo, reiniciar el festival, y hasta final de noviembre no creo que se tenga que hablar mucho del año que viene o del futuro en general. Pero, obviamente, sí es bueno que cada uno diga lo que cada uno cree adecuado. Lo que sí que está garantizado es el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla al Festival.
¿Es posible que esta transición tan accidentada haya influido que el Festival de Sevilla no tenga una estructura propia y dependa del ICAS?
Ha influido que no ha habido una transición ordenada de los temas.
¿Qué quiere decir con ‘temas’?
“Poner en duda el compromiso del Ayuntamiento de Sevilla con el cine es absurdo”
Una información adecuada de cuál era la situación anterior para poder retomar los temas donde estaban. No se ha producido esa transición.
¿Se refiere a entre la dirección saliente y la entrante del festival o a políticamente, en el cambio de gobierno del ayuntamiento?
Políticamente.
¿Ha podido influir en la polémica pública sobre esta edición algunas declaraciones de campaña como las de Vox pidiendo cancelar el festival, en paralelo a lo que ha ocurrido en Gijón o con en València, provocando que el debate se desplace a términos de izquierda frente a derecha?
Sin duda. Digamos que la cultura no es patrimonio de nadie y que poner en duda el compromiso del Ayuntamiento de Sevilla con el cine es absurdo. Obviamente, cuando entra el juego político siempre hay muchos factores, pero lo que yo he visto es un apoyo absoluto al festival. Por eso estoy aquí. Y se está haciendo un esfuerzo absoluto por recomponerlo para el año que viene.
¿Ha perjudicado entonces que se hayan convertido estos festivales de cine u otros eventos culturales en argumentos de campaña electoral?
La cultura tiene un grado de exposición pública muy importante y hay gente que se aprovecha de ella para tener agenda política.
¿Se va a buscar recuperar el anuncio de las nominaciones de los Premios EFA y mantener la relación con la Academia de Cine Europeo tras sus comunicados de preocupación por el futuro del SEFF?
Esta misma mañana [por ayer miércoles 25] he estado hablando con el gerente de la EFA. para el festival es estratégico mantener esa colaboración, buscamos la manera de mantenerla y fortalecerla en el futuro. El Festival de Cine Europeo de Sevilla debe mucho a la Academia de Cine Europeo porque le ha ayudado a conseguir una proyección internacional muy relevante y pronto anunciaremos novedades, porque nuestro objetivo es recomponer esa relación de manera sólida.
Portada: Manuel Cristóbal durante la presentación del programa del Festival de Sevilla 2023 – Festival de Sevilla
