Un repaso a la carrera en solitario del cómico, actor y showman, que por recuperar su pasión por la revista dejó nuestras pantallas
Fernando Esteso fue el gran tapado del cine de la Transición. Un showman con alma de cómico de la lengua, que se crecía como vedette masculina: actuaba, cantaba, bailaba, contaba chistes y hacía malabares. Estos días en que FlixOlé estrena su colección Pajares y Esteso al completo, con la filmografía del dúo cómico que marcó la España de los 70 y 80, son perfectos para repasar la carrera en solitario del menos conocido de ambos, un artista pleno de talento y enamorado de su trabajo que merece ser recordado por algo más que el humor faltón que se asocia a su figura.
Porque en plena recuperación de la memoria del Destape, Fernando Esteso ha continuado a la sombra del que fue su pareja profesional, que no artística, Andrés Pajares. Curiosamente el cómico aragonés es de los pocos intérpretes masculinos de aquella época, junto a José Sacristán, que confiesa recordar con un poco de vergüenza la sobreexplotación erótica de sus compañeras de reparto. Secundario en la docuserie Pajares y CIA, testigo de lujo en Sesión salvaje o artista invitado en Blockbuster de Tirso Calero junto a Susana Estrada, Esteso crece desde el discreto segundo plano que lo acaba caracterizando.
El espectáculo de Fernandito Esteso

La familia Esteso se dedicaba al teatro de variedades y el folclore baturro cuando él nació. Con apenas 6 años se empezó a aprender los números de los demás -su madre, su hermano mayor- para poder sustituirlos si alguno enfermaba. Lo mismo cantaba canciones tradicionales que hacía de payaso. Ya como adolescente empezó a darse a conocer con imitaciones de cantantes de la época, desde Juanito Valderrama hasta Nino Bravo o Raphael. Todavía se arranca con canciones de este último en las entrevistas si le dan pie, ya que se confiesa fan.
Visto en perspectiva cuesta creerlo, pero Fernando Esteso se hizo famoso siendo apenas un veinteañero gracias a la canción. Como niño o adolescente estuvo en la compañía de Estrellita Castro o la de Manolo Escobar antes de hacerse su propio nombre. Se asoció con Lauren Postigo, que es recordado como un personaje del papel couché pero que en los 70 era un compositor de éxito. Postigo le compuso al joven Fernandito -aparecía así en los carteles- varias canciones humorísticas. Sí, la célebre Ramona, también El Zurriagazo, la muy malévola e ibérica Bellotero Pop e incluso una con contenido político, Ya estamos en la Democracia.
Con 19 años se mudó a Madrid y con apenas 27 ya tenía un espectáculo propio en la Gran Vía, con el que además empezó a hacer girar por toda España. Como humorista y artista de variedades, antes de que la televisión le diese la fama, Esteso las vivió de todos los colores, acostumbrado a tener dos repertorios: uno si había censor en la sala y otro si no, aunque a veces le acortaban la falda a una actriz para que se fijasen solo en eso y no tener que tocar el texto.
El salto al cine y sus títulos en solitario

Fernando Esteso saltó a la televisión con el célebre anuncio de Coñac ‘La Parra’ (“el que lo bebe, la agarra”) y acabó de colaborador habitual en el programa Un, dos, tres… y de ahí, al cine. Empezó como secundario de Tony Leblanc y Cassen en Celos, amor y Mercado Común (1973), de Alfonso Paso. Tras un par de protagonistas en comedias menores que funcionaron bien en taquilla, le llegó su primer éxito con Pepito piscinas (1978), junto a Luis María Delgado. Ahí es cuando decide ficharlo un tipo que quizás les suena, Mariano Ozores. Es él el que decide juntarlo con un tal Andrés Pajares, también entonces artista de variedades, aunque algo más bragado en la tele. Ruedan juntos Los bingueros (1979), y de ahí al cielo.
No se recuerdan tanto como los títulos conjuntos, pero en esos años de un millón de espectadores por estreno Ozores, que rodaba a destajo, exprimió bien a sus estrellas. Hacía películas con solo uno de ellos mientras el otro cumplía con sus compromisos teatrales, por turnos. Así, Fernando Esteso saboreó el éxito en solitario con El hijo del cura (1982) y su secuela El cura ya tiene hijo (1984), en las que tuvo la oportunidad de desarrollar su faceta como actor dramático, habitualmente poco explotada, con el papel de un cura moderno y “progre” pero muy comprometido con su ministerio, que recomienda a las chicas de vida alegre del barrio “que no pequen después de cenar, que se les puede cortar la digestión”.
En otras como Queremos un hijo tuyo (1981) o Cuatro mujeres y un lío (1985) le tocó el papel de galán cómico más habitual de su compañero Andrés al que daba el giro de entrañable pringado que tan bien le salía. Lo mismo en El recomendado (1985), todas ellas con un Ozores, Mariano, tras la cámara y otro, Antonio, delante dándole la réplica, además de monstruos de la comedia como Juanito Navarro, al que Esteso siempre ha confesado admiración.
Fernando Esteso, el regreso

A mitad de los 80 la moda del humor del Destape decayó, mitad porque se trasladó a la televisión y mitad por la influencia de la Ley Miró y sus paradigmas cinematográficos. Pajares y Esteso, cansados del ritmo estajanovista de aquellos años y de su imagen de cómicos chuscos, separaron sus trayectorias profesionales. Pero mientras el primero se reconvirtió al cine dramático, con bastante éxito, Fernando elige regresar a la revista y el teatro de variedades, su primer amor. Este paso al lado hace que en los 90 y primeros 2000 su figura se diluya y quede asociada así a ese humor cafre que se empieza a denostar.
Entre 1991, cuando rueda un estreno directo a vídeo, y 2011, cuando hace un cameo en Torrente 4: Lethal Crisis, no rueda un solo largometraje. Su regreso definitivo será en Blockbuster (2013), de Tirso Calero, en la que reivindica su talento como actor dramático. Aparte de valerle papeles en series como La que se avecina y Amar es para siempre, Fernando Esteso ha podido así reconciliarse con el cine con protagonistas en filmes como Luces (2017), de Alfredo Contreras; Re-emigrantes (2016), de Óscar Parra de Carrizosa, y Una función para olvidar (2017), de Martín Garrido, además de otros pequeños papeles secundarios.
Una serie de títulos que tratan temas como la inmigración, los desahucios y también la función del teatro y el humor en medio de la desgracia, el terreno perfecto para el talento tragicómico de Fernando Esteso, y que están disponibles en la colección Pajares y Esteso al completo de FlixOlé. Una oportunidad de recuperar el trabajo de uno de nuestros artistas más versátiles, un enamorado de las tablas que siempre lo dio todo por arrancar una sonrisa a su público.
La colección Pajares y Esteso al completo está disponible en FlixOlé.
