Laura Pousa y Javier Olivera dirigen una docuserie cargada de retranca y escepticismo que habla más de la represión de la sociedad franquista que de OVNIs
UMMO: Emosido engañado

En UMMO se resume en tres episodios el famoso ‘caso OVNI’ del mismo nombre, presuntamente el más importante registrado en España, a través de los testimonios de algunos periodistas o testigos que siguieron los hechos y con el análisis de expertos actuales. Se muestra la sociedad española de los 60, cuando tuvo lugar el primer avistamiento, y las consecuencias mediáticas y culturales que se derivaron del mismo, con distancia y bastante sentido del humor.
Laura Poesa y Javier Olivera dirigen una serie documental con muchísima retranca y escepticismo, que no cae en el vicio, tan caro a determinadas plataformas o canales de pago, además de nuestras privadas en abierto en otros tiempos, de darle la más mínima cancha a la ufología. No se trata de preguntarse si el fenómeno OVNI es real o no, que parecen tener clarísimo que no, sino de usarlo para mostrar todas las problemáticas sociales que suelen ocultarse bajo él. Por entendernos un poco, esto es un poco rollo Espíritu sagrado pero con un caso de verdad.
Y sí, UMMO es la serie del vídeo viral con el hijo del principal testigo, José Luis Jordán, saliendo enfadadísimo de la sala donde se proyectó durante el pasado Festival de Sitges. Lo cachondo de esa circunstancia es que su hermana es una de las principal fuentes de la miniseria y ya en el primer episodio aparece diciendo que ellos sabían que las presuntas cartas de los extraterrestres las escribía su padre, y el propio Jordán padre ya lo confesó hace más de 30 años, allá por 1990.
UMMO esisten

UMMO lo goza fuerte superponiendo testimonios como los de Andrés Aberasturi o doña Rosa María Mateo con imágenes de archivo de la época, que incluyen a mercachifles profesionales como J. J. Benítez, Enrique de Vicente -que ahí sigue, con Íker Jiménez, a sus cosas-, Javier Sierra todavía imberbe y sin asumir que lo que hace es ficción o el ínclito Jiménez del Oso, junto a momentos estelares del cine español de los 60. Alguno glorioso, como Manolo Gómez Bur enseñando a una sueca a tocar las castañuelas o Tony Leblanc viendo el aterrizaje del hombre en la Luna y diciendo que los americanos esos son unos robaperas. Así, sí. Gracias.
Por otra parte para que el fenómeno OVNI de los 60 y 70 en las Españas tenga gracia no hace falta ir al montaje con maldad, a veces basta con dejar que el archivo se explique solo. Aparece, por ejemplo, el caso de un sacerdote con la teoría de que los ummitas tuvieron su propio redentor, el Jesucristo de allí, llamado Ummo Woa, y explicando teorías sobre que tanto espacio desaprovechado en la creación sería una tontería que, por cierto, aunque no se digan, en el caso español se remiten a don Benito Jerónimo Feijóo. Hasta Sancho Gracia y Sara Montiel salen diciendo que ellos han visto “luces”. Y descojonándose vivos mientras lo dicen, claro. Y guapísimos, por cierto.
Entre las fuentes actuales, además de expertos en cultura pop, aparece Nacho Vigalondo, que se lo pasa aún mejor que los directores riéndose de toda una movida que admite que le fascina. En esa España donde olía ha cerrado, vienen a decir algunos de los expertos, cualquier novedad que además diese la impresión de hacer tambalear los cimientos de lo establecido resultaba bienvenida. No se exploran los paralelismos con ciertas ansiedades actuales, pero desde luego donde se ponen las botas es en el análisis de la muy enferma sociedad del tardofranquismo.
Suspiros de España

UMMO pertenece a un subgénero documental que Movistar Plus+ cultiva con éxito y casi en exclusiva, porque el resto de plataformas no se atreve nunca a tanto: el retrocañí irónico. Por ahí han ido sus magníficos biopics, faltos de crítica pero muy efectivos, o Palomares o El Palmar de Troya. Tiene el típico punto de Cultura de la Transición de considerar todo ese sainete superado, pero lo compensa con la capacidad de incisión en las monstruosidades paralelas del autoritarismo franquista. La gente hablaba mucho de UMMO, viene a decir, por asfixia y porque no la dejaban hablar de otra cosa. Era más fácil que las noticias analizasen los platillos volantes que las huelgas de los mineros en Asturias.
A alguna tertulia ummita del Café Lion -el mismo al que iban los poetas del 27 en la callé Alcalá de Madrid, ahora hay un VIPS- llegó a asomarse el mismísimo Antonio Buero Vallejo, y en el archivo aparecen imágenes de Jesús Hermida entrevistando a “expertos ufólogos” con cara de no querer estar allí. Hasta el elemento de que la descripción de los ummitas fuese, básicamente, la de una fantasía sexual sobre turistas suecos/as venidos del norte a espabilar al españolito de a pie se acaba satirizando sin querer en la serie, recogiendo las críticas a la turistificación del país que ya surgieron en los mismos años 60.
En fin, que UMMO es una miniserie muy recomendable para los aficionados al fenómeno OVNI que tengan sentido del humor y espíritu crítico. También para quienes quieran ver un documental al estilo del citado Palomares, por ejemplo, capaz de utilizarse uno de estos episodios de la actualidad y la cultura pop ibérica para hacerle un retrato poco halagüeño a la sociedad de entonces y a la de ahora que a veces tiene el cuajo de analizarla.
Imágenes: UMMO – Movistar Plus+
