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Express: Como los americanos

La primera serie española de StarzPlay copia el modelo de policial tecnológico estadounidense, para lo bueno y para lo malo

Express

En Express una psicóloga criminalista llamada Bárbara abandona la Policía para dirigir una unidad especial de expertos diseñada para combatir los secuestros exprés, una modalidad de delito que se multiplica de forma alarmante… y de la que ella misma fue víctima en el pasado. Mientras lidia con sus particulares subordinados, a cada cuál más excéntrico, además los planes secretos de su nueva jefa, Bárbara tiene que enfrentarse a su inminente divorcio y los problemas de sus hijas, con el añadido de que su ex es el inspector de la Policía encargado de investigarla.

Express es una de esas series herederas del modelo CSI Navy, Bones o Bull, así, por decir tres a voleo-, que no porque hayan dejado de parecernos lo más de lo más a los critiquillos o sean formulaicas como un 4-4-2 dejan de existir o de funcionar bien para su más que amplio público. Con todo lo bueno y todo lo malo que ello conlleva. Por un lado, ritmo, personajes carismáticos de puro majaras y sabia combinación de caso de la semana y trama general. Por el otro previsibilidad, estereotipos racistas y machistas tomados en serio y conservadurismo disfrazado de molonidad.

Lo malo, claro, tarda en molestar porque al final es una serie de acción que si no quieres pensar mucho funciona como un tiro y que, vía su plataforma, seguramente tendrá muchas oportunidades de triunfar dentro y fuera de España. Y sabe que el mensaje que se puede extraer de su planteamiento, básicamente privatizar la Policía, suena fatal y hay que compensarlo. Pero en el fondo no deja de ser otra serie que usa la excusa de la adrenalina para volver a visitar un puñado de tropos rancios que este tipo de argumento nunca ha necesitado.

Express con spoilers

Express: Como los americanos 1

Una forma de asumir Express es que son superhéroes ejecutados en su forma más superficial. Cada personaje del equipo que dirige Maggie Civantos en la ficción es más loco e inverosímil, desde el marero «bueno» a la piloto de drones con traumas de apego hasta el friki informático asocial y el Daredevil en señora mayor que les lleva las escuchas. El reparto, eso sí, es la leche en verso. Loreto Mauleón y Omar Banana son de los mejores actores jóvenes de la tele actual, aunque parece que solo les vayan a dar personajes desfasados, y Kiti Mánver de Nick Furia con moño está de 10.

Otra cosa es que a uno le irrite esta cosa tan gringa de gente que privatiza la seguridad pública. Esta impostura de dejar mal a la Policía porque sí, para que el o la protagonista parezca más cool y rebelde, pues es una cosa bastante adolescente. Si te lo tomas como que son superhéroes mal hechos, pues vale. Pero esto está más cerca del espíritu de youtuber andorrano del final de La casa de papel que de defender ningún tipo de valores o idea de justicia al estilo de La Unidad o El Ministerio del Tiempo.

Es todo muy exagerado, muy flipado, muy a tope con la maquinaria. Maggie Civantos es perfecta porque viene de Vis a vis y es capaz de soltar con cara de estar recitando a Lope de Vega las estupideces más inverosímiles como solo Arnold Schwarzenegger o Keira Knightley han sido capaces antes. Que eso también es un arte. Y, para lo que es esto, está muy bien dirigido. Acción a tope, chistecitos, datos que parecen megatécnicos aunque sean inventadas más grandes que un transatlántico y tonteos random entre los personajes. En fin, lo que es una serie de este estilo.

Express sin frenos

Express: Como los americanos 2

Tiene gracia porque intentan enganchar con la actualidad hablando que los secuestros express son consecuencia de la desigualdad incrementada por la crisis. Pero vamos, que es evidente que al guión eso le da completamente igual. Es todo tan tópico deluxe que se puede usted imaginar el perfil de los criminales sin esforzarse mucho: latinos, pobres y tonticos, porque los criminales son cobardes y supersticiosos. El marero bueno reconoce a unos secuestradores como miembros de una banda concreto porque usan mucho la expresión «güey». Y eso está rodado completamente en serio.

En paralelo hay una subtrama familiar que incluye al ex de la protagonista investigando si hay alguien que se toma la justicia por su mano. Este detalle es, quizás, lo más interesante de todo el tinglado. Porque básicamente Bárbara es una víctima con un síndrome de estrés postraumático como el sombrero de un picador y la última persona que debería investigar o prevenir delitos como el suyo hasta que se lo trate. Pero cuando haces una serie en este estilo quieres que se empatice rápido con el personaje de la manera más tramposa posible, no escribiéndolo bien.

En fin, me repito, pero: Express es una serie de acción muy efectiva y entretenida, para ponérsela en plan maratón de fondo, casi sin mirar a la pantalla, en el canal de series de la TDT. También, como muchas otras de su formato, acaba frivolizando con problemas de la vida real y vendiendo valores conservadores como lo más trendy, en ese giro tan de adolescente que ha descubierto los tebeos de Batman la semana pasada de que saltarse la ley es «necesario» para combatir los peores delitos. No deberían ir las dos cosas juntas, pero es lo que hay si quieres ser como los americanos.

Imágenes: Fotogramas de Express – StarzPlay

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