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Bosé: Un torero jamás pide perdón

La vida de un señor muy famoso recreada de forma muy efectiva a nivel técnico y formal pero cuyo interés depende de la relevancia que se le dé a sus vaivenes familiares o sentimentales

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Bosé es la historia de cómo el actor y cantante Miguel Bosé se convirtió en una estrella mundial mientras cargaba con el peso de las comparaciones con sus padres, el torero Luis Miguel Dominguín y la actriz Lucía Bosé. Unas vivencias que rememora ya un hombre maduro y en una relación, cuando intenta ser padre y tener su propia familia, en la que se plantea sus propia masculinidad y su relación con sus seres queridos en comparación con los de su padre.

Por fin llega a España esta superproducción con ambición de éxito a un lado y otro del Atlántico, que usa el tirón internacional de su protagonista y un despliegue de medios envidiable como atractivo. Es llamativo, igual que el próximo estreno de Nacho, con la que hay más de un paralelismo, cómo la existencia en sí de esta serie y el vaivén de su estreno sirven para describir un momento concreto de la industria (la coproducción como horizonte para series de cierto nivel) y de mercado (plataformas vivirán, plataformas morirán, la vida se abrirá camino).

Al mismo tiempo, y de nuevo igual que Nacho, o que Cristo y Rey, plantea la gracia, o el morbo, de tener una serie biopic con el protagonista aún vivo. Es más, hasta basada en su autobiografía, El hijo del capitán Trueno. El formato es de miniserie, así que esto no se alargará culebrónicamente al estilo de Luis Miguel, la serie sobre el cantante mexicano. También es un aviso a navegantes: en esta serie no se va a ver nada que no aprobaría el interfecto, y las aristas que se muestren serán acordadas o aprobadas por él directamente. Se la jugará a que este todo ben trovato.

Don’t you know you are my hero?

Bosé serie SkyShowtime

Haríamos la broma de que bien podría ser una de las series biográficas recientes de Atresmedia (protagonista famoso y queer, ambientación histórica y mensaje político claro pero blanco en términos económicos) si no fuese porque incumple una de ellas. Bosé no pretende ser una reivindicación de los derechos de las personas bisexuales, de las masculinidades alternativas a la tradicional y muy tóxica del padre del protagonista o de la libertad y la democracia frente a la España franquista. Es la historia del señor protagonista, ni más ni menos, y busca ser entretenida, pero sobre todo explicarlo a él. Está bien, solo que por momentos es más aburrido.

Los dos capítulos que hemos visto, sobre todo el segundo, se basan en el antagonismo entre Miguel y su padre, basado sobre todo en la idea de este de lo que es ser un hombre de provecho y en el tipo de masculinidad que la sociedad le demanda. Aunque esto último es relativo, puesto que Miguel es rico de nacimiento y su entorno por vía materna es progresista, así que apenas una o dos personas le reprochan su bisexualidad y su expresión de género no normativa para la época, pero en lo visto hasta ahora nunca le pasa nada, solo es incómodo y ya. Hasta tienen que meter diálogo para explicarlo porque si no, no se nota.

El episodio dos subraya esta dicotomía con un Bosé ya conocido como cantante en América Latina que arranca como si fuese Fénix el del Equipo A: detenido en la aduana, se gana al policía porque su mujer es fan, y luego se descubre que lo estaban persiguiendo no por nada ilegal, sino porque se estaba acostando con la nuera del Presidente de Colombia. Luego le presenta a su novia, Ana Obregón, a su padre, y la reacción de Dominguín es… intentar ligársela rozando el acoso sexual. Después de la previsible discusión de Miguel con él (a Ana que se la pique un pollo, llora un poco y fuera), corte al ensayo de la primera coreografía de ‘Super Superman’. Por si no se entendía.

Porque así lo he decidido te amaré, Bosé

Bosé serie SkyShowtime

Hasta aquí puede parecer que Bosé sufre el mismo problema que afectaba a algunos de los primeros episodios de Cristo y Rey: el desfile de cameos que distraen de la trama. Pero no, antes al contrario, como esto es el show de Miguel, que Ana es Obregón lo sabemos los espectadores españoles porque somos unos cotillas y la importancia de Nacho Duato más allá de su relación con el cantante ni se menciona. Todos están aquí en función del protagonista, porque es su historia. Suponemos que la de cómo llega a convertirse en padre de familia y reconciliarse con su propia identidad.

Claro, eso a nivel formal se sostiene bien. Casi todas las conclusiones se nos refriegan mucho con subrayados en el diálogo, pero la narración es competente y el reparto muy bueno —lo de Nacho Fresneda o Alicia Borrachero es sobrenatural—. Quizás solo falle Iván Sánchez como el Miguel maduro, y no tanto en las escenas dramáticas como en la narración en off, donde parece que no se acaba de convencer un texto que en prosa podría ser más o menos pasable si a uno le interesa mucho cómo habla el cantante de sí mismo, pero en audiovisual no funciona. Parecerse, ambos actores se parecen, y mimetizan bien la expresión corporal y los tics del protagonista en diferentes momentos de su vida sin que parezca una imitación de Cruz y Raya.

Por ir cerrando, concluiremos que Bosé lo que necesita son fans. Espectadores que consideren altamente relevante la vida privada y las cuitas emocionales particularmente de la persona conocida como Miguel Bosé, y nada más, sin dobles lecturas ni declaraciones de ningún tipo. Porque si no, le parecerá que la historia supura narcisismo: el 23F solo importa porque la Tata le pide a Miguel que no vuelva a España no sea que vayan a por él por todas las cosas que ha dicho en prensa (aunque en el “como en el 36” de ella se intuya una tragedia familiar tremenda), cuando la madre de alquiler que contrata con su pareja en primer lugar sufre un aborto a esa mujer no se le ve ni la cara, solo ponen a una figurante de espaldas… etc, etc.

No es una mala serie, es entretenida y habla de Miguel Bosé, y las recreaciones de época están ejecutadas con lo justito de guasa, nostalgia y naturalidad. Pero es solo eso. La vida de un señor muy famoso que tuvo problemas, a veces, aunque nunca demasiados ya que siempre ha sido rico, por ser bisexual y se llevaba mal con un padre egocéntrico, controlador y tóxico. Nada más, así que sí, nada menos.

Imágenes: Bosé – SkyShowtime

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