1. Críticas
  2. Antonio Machado. Los días azules: Todos los Machados que están aquí

Antonio Machado. Los días azules: Todos los Machados que están aquí

Recupera la figura del poeta como representante de la cultura destruida por la Guerra Civil.

Antonio Machado. Los días azules: Todos los Machados que están aquí 1

Antonio Machado. Los días azules repasa la biografía del poeta sevillano, desde su infancia en Sevilla hasta su muerte en el exilio al final de la Guerra Civil. A través de lectura de sus poemas, con el apoyo de animaciones y los testimonios de historiadoras e intelectuales de la actualidad, la directora Laura Hojman construye una historia lineal que busca ser tan poética como narrativa.


En la novela Leyenda del César Visionario Francisco Umbral no habla directamente de ningún Machado, aunque mencione a Manuel de pasada, pero refleja la vida de los intelectuales en la Guerra Civil. Los escritores falangistas y los pocos republicanos que quedan en el Burgos capital del bando franquista se reúnen a diario de tertulia en un café de la ciudad. Los segundos, anulados. Los primeros, apesebrados. La ausencia de libertad, concluye Umbral, anula al escritor.

La historia de Antonio Machado es por fuerza la de la cultura en España desde la Restauración hasta la Guerra Civil, con un país que por primera vez tenía algo parecido a una educación laica y accesible -relativamente- e intelectuales que se formaban con menos complejos que los que se arrastraban durante un siglo XIX heredero del oscurantismo de Fernando VII. Es, como se pueden imaginar, la historia de una tragedia y de un ciclo al parecer inevitable.

 

Los paraísos perdidosAntonio Machado. Los días azules

Así, esos jóvenes Antonio y Manuel Machado que primero estudian en Madrid, en la Institución Libre de Enseñanza, enseñados por el mismísimo Giner de los Ríos, luego serán los poetas novatos que en París se correrán juergas con Rubén Darío sableándole vinitos a un Oscar Wilde ya de retirada.

(Hay un Medianoche en París que quizás nunca se ruede en España, 20 o 30 años anterior a la épocaque refleja Woody Allen. Ese París noctámbulo lleno de españoles que salían por primera vez, otra vez, como en un ciclo de guerra, cierre, exilio, libertad y de nuevo guerra).

Pero también es Antonio ya maduro y viudo, profesor en Baeza, que conoce a un joven alumno de excursión, un tal Federico. Machado leyendo versos de Rubén Darío al poeta novato y este, en agradecimiento, interpretando al piano una obra de Manuel de Falla, al que conocía porque había sido durante años su vecino en Granada. Eso era la España de los años 20 y 30, todas esas personalidades cruzándose y enriqueciéndose.



La vida de Antonio es también la vida de la familia Machado. Ian Gibson, biógrafo del poeta, habla del abuelo como “un intelectual ya europeo pero con esa parte popular, pega a la tradición española”, como serían sus nietos. Pero, ¿qué intelectual internacional no es, al mismo tiempo, local? ¿Quién no es de su pueblo? Es imposible sustraerse de la identidad de nacimiento, esa misma es la que los fabrica como universales.

La tensión en Machado, entre lo local castellano o andaluz y lo universal de los valores humanistas y de su juventud europea, lo representa el mismo título del documental. Antonio Machado. Los días azules. Como los últimos versos que escribió el poeta antes de morir, rememorando el mismo viejo limonero del patio sevillano donde se crió, pero también Azul, el primer libro de Rubén Darío, su padrino literario y amigo personal, sobre todo de su hermano Manuel.

 

Los homenajes que no han sidoAntonio Machado. Los días azules

Al final lo que vemos  en Antonio Machado. Los días azules es esa efervescencia intelectual de la llamada Edad de Plata truncada por la Guerra Civil, la muerte, la censura o el exilio. Como toda esa creatividad política, técnica, literaria, humanista, esos jóvenes que quieren cambio, fueron aniquilados por el Franquismo.

Ese hilo de comunicación literaria que llega hasta la actualidad representado en el documental por Elvira Lindo, Antonio Muñoz Molina o la poeta Francisca Aguirre, que de niña cruzó también la frontera de los Pirineos hacia el exilio. Una historia que no es la de Machado, sino de la de todos los Machados que han sido o han de hacer, y que acaba en una tumba.

El cierre es el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitando en 2019 el descanso último del poeta en Colliure, Francia. Ocho décadas para que un máximo representante de la política española en ejercicio rindiese homenaje al hombre que quiso ser bueno. Antonio Machado. Los días azules acaba funcionando como la tumba de su protagonista, un mensaje de carácter particular que se convierte en universal y que no alberga solo a Machado sino a todos los que fueron y serán, todos los Machados que han estado aquí.

 

Jose A Cano (@caniferus)

Menú