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Vacaciones de verano: El chiste se cuenta solo

Santiago Segura no encaja el romance en su esquema familiar, pero su maquinaria está hecha a prueba de bombas

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Las vacaciones de verano llegan, desde hace ya 4 años, con nueva película de Santiago Segura. Ahora cuenta la historia de Félix (Segura), un hombre soso pero buen padre al que su mujer abandona por otro y al que echan de su empresa. Por todo ello, Félix decide aceptar, junto a su amigo y también despedido compañero Óscar (Leo Harlem), un trabajo como animador infantil en un hotel en la costa de Tenerife. El problema es que además tienen que hacerse cargo también de sus hijos, a los que cuelan en secreto en el hotel.

Vacaciones de verano es la nueva comedia familiar de Segura, el director que hizo que la fórmula del humor para adultos y niños se haya replicado sin cesar desde que la usara él en 2019. Y lo cierto es que ninguna película de este corte ha tenido las cifras de taquilla que han tenido las suyas. Y ahora le da otra vez al botón de reset tras las sagas de Padre no hay más que uno y A todo tren con nuevos personajes, una nueva historia… y, claro, un nuevo lío con los más pequeños.

Vacaciones de verano es de las comedias más irregulares y la vez más pulidas que han escrito Segura y Marta González de Vega en estos años, que han encontrado lo mejor de sí mismos como tándem al guión en distintas fases de la saga Padre no hay más que uno, y luego han ido añadiendo cosas a la coctelera a ver qué tal. El mínimo común denominador de la mezcla con niños está ensayado y perfeccionado, pero la nueva declinación al marco de siempre, ahora con el filtro de la comedia romántica, no arranca.

De repetición y comedias

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A los que vienen acusando a Segura de hacer la misma película invariablemente desde hace años: tenéis y no tenéis razón al mismo tiempo. Admitir que se repite una y otra vez el mismo paradigma o estructura general en estas películas es obvio. También es cierto que la comedia tiene que sufrir un escrutinio por hacer más o menos lo mismo que otros géneros no cargan tanto—como el terror o el thriller, más disimulables en sus palancas—. Aún así, y sin tener que avergonzarse por ello ni negar la mayor, los patrones y esquemas repetidos están ahí.

Donde más se puede ver esta continuidad del Seguraverse familiar es en una de sus bases fundacionales: la presencia del director y Harlem como pareja de actores. De hecho, es interesante analizar cómo aparecen los dos en estas películas para darse cuenta de lo que cambia y lo que no en el terreno de juego, dentro de que tiene que tener césped y dos porterías. Vacaciones de verano recupera el concepto de la buddy movie de la primera parte de A todo tren, con dos personajes prácticamente calcados que aquellos en personalidad.

Para salvarnos del bucle, Segura y González de Vega plantean un cambio con respecto a la trama ferroviaria en su amor por el cine clásico de Hollywood. Si en aquellas la base era más la screwball que se iba haciendo una bola cada vez más grande, esta vez el planteamiento gira más en torno a una variación de comedia romántica de los años 30 en la que un amor a recuperar lanza nuevas posibilidades. El asunto es cómo encajar esos amores cinéfilos con el resto.

Contarse solos

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Vacaciones de verano tiene problemas para encajar todas las piezas y sus distintas fases. Con un inicio expositivo y cómico flojo, la película encuentra su ritmo y razón de ser en la interacción entre pequeños y mayores, algo que Segura domina y que aquí repite cuando puede, incluso dándole a los niños alguna bola extra a solas. Aún así, cuando se va encaminando la catarsis para los personajes y la relación entre ellos, pese a la comprobación de que Cristina Gallego es una actriz muy aprovechable, no se salva el hecho de que la excusa central (el hotel, sus secretos, etc…) es un hilo demasiado fino para que aguante todas las embestidas.

¿Importará alguna de estas cosas y la nula sensación de exigencia para que Vacaciones de verano sea un éxito? No, porque lo tiene que estar y que ya estaba antes sigue estando: el ritmo cómico y la ametralladora de chistes y dinámicas entre Harlem y Segura, las caras onomatopéyicas de los niños o las bromas para todos, con su toque rancio o moderno según interese. Pese a lo mal que pueda salir todo el resto, el éxito de las comedias de Segura es que, a estas alturas, el chiste ya se cuenta solo.

La puedes ver online en

Imágenes: Vacaciones de verano – Sony Pictures España (Montaje de portada: Cine con Ñ)
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