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Superlópez: Este no es el Superlópez que leía tu padre

Efectiva como película de superhéroes, descafeinada como adaptación.

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Juan López no lo sabe, pero en realidad es un extraterrestre llegado en un cohete cuando era bebé del lejano planeta Chitón. Su vida de oficinista en Barcelona se complicará cuando empiece a descubrir que no solo tiene poderes sobrehumanos, sino que una misteriosa desconocida con la que comparte orígenes quiere acabar con él. Será así como dejará de ser López y se convierta en… Superlópez.



La adaptación del mítico cómic de Bruguera, que el maestro Jan sigue alimentando a sus 81 años con nuevas entregas, es una comedia amable y familiar que cuenta con un equipo habitual para estos menesteres en el cine español aunque rebajado con agua. La cinta de Ruiz Caldera cumple con su función de parodiar las actuales películas de superhéroes y resultar divertida y entretenida mucho mejor de lo que traslada al cine a su referente en viñetas, que hace décadas que superó esa etapa.

Dani Rovira está correcto en su personaje por defecto, al igual que Alexandra Jiménez y Julián López. El elenco, acompañado de una Maribel Verdú que parece a punto de romper en carcajadas a cada diálogo de su supervillana, está rebajado un dial en su capacidad para el humor negro, como los guionistas Cobeaga&San José. La película, que apenas cumplirá este 2021 tres años, envejece ahora bien como entretenimiento para esas tardes de fin de semana pero que puede ser superada por los nuevos creadores del cine español en cualquier momento.

 

Superlópez como adaptaciónSuperlópez

Superlópez, el personaje de tebeo, nació como una parodia directa de Superman en tiras diarias allá por los 70, poco antes del estreno de Superman, la película. En los primeros álbumes Jan contaba con la ayuda a los guiones de Efepé, con el que cocreó El Supergrupo, batiburrillo de parodias de personajes Marvel y DC, mucho menos populares entre el gran público que en la actualidad, que incluía, por ejemplo, al Capitán Hispania o El Latas.

Cuando en los 80 primero se separaron los caminos de Efepé y Jan, quedando este último como autor completo, y más tarde Bruguera dejó paso a Ediciones B -desde 2017 propiedad de Penguin Random House-, las temáticas de la serie fueron variando. Desde pasar por una etapa de experimentación narrativa hasta otra de cuidado en la documentación y ambientaciones internacionales al estilo del cómic europeo clásico hasta otra de temas sociales que se ha mantenido hasta la actualidad y que han pasado por la desindustrialización, el colonialismo, el tráfico de drogas o el tráfico de armas, siempre dirigiéndose a un público adolescente. Hoy, de hecho, Superlópez luce canas en las sienes y su relación Luisa Lanas es más de pareja madura que tópico regañón heredado del landismo.



A lo largo de los años se han rumoreado muchos proyectos de adaptación de la obra de Jan, sobre todo a raíz del éxito de las películas de Mortadelo de Javier Fesser. Santi Rodríguez, Imanol Arias y hasta José Mota fueron rumoreados para el papel y Álex de la Iglesia sonaba como el elegido del fandom para ejecutar la magna tarea. Todo quedó en nada y lo que de verdad consiguió llevar a Superlópez a la gran pantalla no fue el auge del cómic español, sino del cine de superhéroes, y cuando la marca ya era propiedad de una multinacional.

Así que al final la película se parece más a aquella intención original que a lo que realmente han sido los tebeos desde hace más de 30 años. Solo que no parodia los tópicos sobre superhéroes clásicos de los 70, sino los actuales. Superlópez se estrenó entre las dos últimas entregas de Vengadores, el momento de mayor supremacía del ‘estilo Marvel’ cinematográfico, y su estructura, personajes y situaciones responden a ello. Tono amable, reparto popular -a más caché o galones, villana o mentores del héroe-, sencillez formal y temática desideologizada.

Frente al Juan López activista y maduro de los tebeos, Rovira encarna a un héroe quizás igual de torpe pero mucho más fuera de su contexto. Barcelona o el Masnou son simples estampas que “españolizan” -o catalanizan, preferiría Jan- tópicos superheroicos, pero podrían ser lo mismo cualquier otro lugar. Los villanos son aliens malvados que quieren conquistar el mundo, no especuladores inmobilarios, políticos corruptos o traficantes de armas como en las entregas más recientes del tebeo. Está bien, es divertido, tiene gracia verlo en pantalla. Pero es eso.

 

Superlópez como superhéroeSuperlópez

Quizás ahí flaquea más, ya que al parodiar las actuales películas de superhéroes por defecto, esto es, el estilo Marvel, acaba pecando de la misma previsibilidad formulaica, de la misma ausencia de personalidad, que se les achaca a estas últimas. Como decíamos más arriba, el reparto está correcto y ya, el guión es divertido y ya… Ruiz Caldera, nuestro especialista patrio en hacer “películas como las de los americanos” ejecuta una realización funcional que sirve para lo que sirve.

Los chistes de Superlópez no arriesgan. Al igual que su prima-hermana, Anacleto: Agente secreto, da el relevo de la comedia española reciente del ‘macho ibérico’ al ‘niño grande’ en que se especializan a veces Rovira o Quim Gutiérrez. Juan López aquí no es un españolito bruto y gruñón pero buenazo que parece un guardia civil con capa –pese a la paradoja de que Jan sea nacionalista catalán convencido-, sino un millennial un poco perdido en la vida, más Peter Pan que el Ted Mosby de Cómo conocí a vuestra madre, que acaba madurando al establecerse con la chica adecuada. No sé si esto es una mejora.

El problema para el envejecimiento de Superlópez, en realidad, son títulos como El vecino u Orígenes secretos. Es decir, que historias españolas de superhéroes que, sin abandonar la parodia en cierta medida, han evolucionado en la dirección de los tebeos de Jan u otros referentes similares volviendo sus tramas más complejas y mezclando la comedia con la acción o el costumbrismo de manera más efectiva.

De hecho la serie de Miguel Esteban y Raúl Navarro recoge mucho mejor el espíritu de crítica social que Jan lleva imprimiendo a las historias de Superlópez desde los 80 y lo adapta al gusto televisivo del siglo XXI. Y la película de David Galán Galindo, que quiere mimetizarse más a la Marvel del cómic que a las de las películas, es capaz de realizar de manera mucho más efectiva el camino desde la parodia del género hasta la personalidad propia. Ambas, además, superan o se burlan de los tropos de comedia romántica ya algo más que desfasados de esta Superlópez de Ruiz Caldera.

Está por ver si la película cumple algún día su amenaza: una secuela basada en el mítico álbum El señor de los chupetes con el mismísimo Berto Romero como supervillano. Podríamos comprobar entonces si se cumple la ley de las trilogías de superhéroes, esa que dice que la segunda parte es siempre mejor que la primera.

 

Jose A Cano (@caniferus)

Puedes ver Superlópez en online aquí.

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