Propuesta muy cercana al género negro nórdico pero centrada en Vizcaya y con su elenco como principal reclamo.
Hondar ahoak: Euskadi, capital Estocolmo

En Hondar ahoak (Bocas de arena) Nerea García, detective de la Ertzaintza, es destinada a Ondarroa mientras se recupera del trauma reciente de la muerte de un compañero. Allí debe investigar la desaparición de Josu, un patrón pesquero que oculta secretos que implican a todo el pueblo. Con la ayuda de un par de agentes locales, la inspectora irá sumergiéndose en el ambiente del pequeño municipio costero hasta resolver el caso… que salpica a más personas de las que ella imagina.
Eusko-noir, oiga. Hondar ahoak se estrenó en diciembre en ETB1 y ha estado disponible desde entonces en la plataforma de la pública vasca, pero es ahora cuando llega a Filmin. Es una serie más que correcta, que ha sido comparada con el nordic-noir de forma justa ya que juega a parecerse formal y temáticamente al mismo lo más posible. Prejuicios de periodistillas y medios madricéntricos: solo hacemos caso a las ficciones autonómicas cuando las pesca una plataforma.
Las actuaciones de Nagore Aramburu y Eneko Sagardoy son lo más destacable junto al ambiente de una miniserie que no rehuye de otros referentes recientes del policíaco como True Detective, al que homenajea de manera casi directa en la secuencia de créditos. Aunque lenta, se puede ver del tirón porque apenas son cuatro episodios de 50 minutos. El misterio no es del todo obvio pero tampoco es lo importante. La serie trata más de reflejar un ambiente que de resolver el caso.
Crítica de Hondar Ahoak (Bocas de arena) sin spoilers
¿Para qué spoilers? No desvelaremos el autor de la desaparición de Josu ni las razones que llevan a ello porque, como decíamos antes del salto, importan poco. Son la excusa para pasearnos por la sociedad vasca de pueblo mediano, los intereses económicos legales e ilegales en el mundo marinero y cuestiones como la integración de los migrantes. La cosa es hablar de Ondarroa a través de Josu y no al revés.
Por esta santa casa lo hemos tratado alguna vez: una cosa es el policial, digamos, centrado en el ‘¿quién lo hizo?’ y otra el género negro que busca más describir un sistema corrupto, por ejemplo, que a un criminal puntual. Hondak ahoak, con su grandilocuencia bíblica y su ensalada de referencias a la cultura vasca, opta claramente por lo segundo y considera al asesino más un accidente o un síntoma que un objetivo en sí mismo.
El folclore euskera y las referencias bíblicas se mezclan para dar la clave del caso y el título a la serie: ‘hondar ahoak’, «bocas de arena», como aparecen los chivatos y las víctimas del criminal al que García debe dar caza. La grandilocuencia y la pesadez ocasional del género negro moderno están aquí en toda su gloria, pero también el tratamiento de temas sociales de actualidad como las migraciones o el machismo.
Dirige y escribe Koldo Almandoz, que a excepción de en Oreina (Ciervo), de 2018, se había movido hasta ahora más en el cortometraje y el documental. Es un buen debut en el mundo de las series y no sería de extrañar tanto que le lleguen más encargos por parte de ETB como que lo veamos fuera de ella.
Érase una vez en Bizkaia
El escenario es importante, la detective también, aunque resulte un poco más tópica y la rescate la actriz, una Nagore Aramburu que entre esto y su breve pero relevante papel en Patria empalma personajes secos, inteligentes y eficaces en su trabajo. La detective Nerea García emparenta con la Saga Norén de suecodanesa Bron/Broen o la Sonya Cross de The Bridge, su adaptación gringa, aunque las razones de su desconexión emocional no son tanto el asperger como el trauma por la pérdida de un compañero.
Por supuesto eso del eusko-noir es una etiqueta como otra cualquier y tampoco se podría decir que nace con esta serie. Las novelas de Ibon Martín, que hace apenas un mes lanzaba La hora de las gaviotas, también han recibido la marca y beben igualmente de Henning Mankell, por ejemplo. Incluso de Stieg Larsson, al que tendría gracia ver adaptado al contexto español en estos momentos.
Alardea -dirigida por Pérez Sañudo antes del pelotazo de Ane y protagonizada por Itziar Ituño- o La víctima número 8 emparentan con Hondar ahoak reflejando diferentes problemáticas -feminismo, antirracismo- e hibridándose con otros géneros -drama, thriller-. Si me apuran, el eusko-noir se lo inventó Pedro Olea al rodar Bandera negra en 1984, que tiene algunos puntos en común con esta serie. En cualquier caso, eusko o nordic, un producto más que correcto para los amantes del género.
Jose A Cano (@caniferus)
