Este jueves se estrena el documental de Marcel Barrena (‘Mediterráneo’) sobre Santi Serra Camps, el adiestrador español que entrena caballos en libertad y cuyos métodos se han convertido en referencia
‘Hermano Caballo’, la historia de cómo el mejor domador del mundo salvó a un caballo en el que nadie creía

Marcel Barrena llegó a Hermano Caballo por casualidad. Sabía poco sobre caballos y nada de la existencia de Santi Serracamps, el mejor adiestrador equino del mundo. Era comienzos de 2020 y estaba en plena preproducción de Mediterráneo, su ficción basada en el caso real de los socorristas españoles que se fueron al Egeo en plena crisis de los refugiados. En mitad de ese trabajo, recibió un mensaje de Nostromo Pictures: queremos hacer un documental sobre este tipo y queremos que lo hagas tú. Ve a conocerlo.
“Voy y veo cómo trabaja él… y veo que no es un domador, es que los caballos hacen lo que él les pide, es una comunicación de igual a igual”, explica Barrena a Cine con Ñ. “Y veo que ahí hay algo, algo especial que merece una película. Porque además en ese momento me doy cuenta de que nunca había visto caballos de verdad. Los he visto en películas, o en algún espectáculo hípico, pero nunca caballos salvajes y nunca caballos como estos, que podías sentir cuando los mirabas a los ojos que se sentían felices”.
Ahí empezaron dos años y ocho meses de trabajo entre los que estuvo la grabación de Mediterráneo y su estreno… y la pandemia, que paralizó todo pero les regaló el hilo conductor de Hermano Caballo. Con todo cerrado, sin competiciones, shows, terapias o rodajes, con los gastos enormes que suponen las instalaciones en las que trabaja y mantener a sus caballos, el domador se enfrentaba a una posible ruina. En un viaje a Marruecos para adquirir un nuevo ejemplar de competición, conoció a Mabrouk, un caballo enfermo, casi muerto, sin pedigrí. Uno en el que nadie vio posibilidades, excepto Santi Serra.
Mabrouk y Santi
La historia de la recuperación de Mabrouk es la de los métodos de Santi Serra Camps, pero también la de desmantelar la idea del pedigrí y la raza como sinónimo de éxito, una que el director confiesa que “me resultaba especialmente incómoda”. Si Hermano Caballo tiene un mensaje, explica, “es que cualquier caballo puede ser un buen caballo si se le dan los cuidados y el entrenamiento. Esa idea, traslada a todos los seres vivos, de que todos somos lo mismo y merecemos lo mismo, pero si unos parten de menos 1000 y otros de más 1000, pues es normal que los resultados sean diferentes. Si empezásemos en igualdad, ¿qué pasaría?”.

Serra Trabaja desde 2005 sin sillas ni cabezales o ningún otro tipo de restricciones para sus caballos y los mantiene en libertad. Sus métodos, que se han convertido en referencia para adiestradores de todo el mundo, excluyen terminantemente la violencia de cualquier tipo, y en su caso, la convivencia con los animales hasta el punto de sentirse uno más de ellos, como Gulliver. El papel couché conoce a Serra por ser amigo de la sobrina del Rey, Victoria Federica Marichalar, pero sus clientes son famosos de todo pelaje… y también rodajes de cine y televisión que requieren de sus particulares habilidades.
Para Marcel Barrena “esta idea de alguien excelente en su terreno, que se expresa a través de su trabajo, lo convierte en una causa para mejorar las vidas de los demás y además lo lleva al extremo, al máximo que se puede llevar: estaba también en los socorristas de Mediterráneo. Es algo que me interesa mucho y de lo que Santi es ejemplo”. Algo que se hablaba con el trayecto de Mabrouk, un caballo “que cuando llegó de Marruecos estaba enfermo, medio muerto. No pudimos grabarlo, pero no se podía mover. Y luego, cada vez que volvíamos para rodar, estaba mejor, más sano”.
El reto del caballo
“Hay una anécdota que no aparece en la película porque no tenía cabida pero que explica cómo es Santi”, comenta Barrena. “A él lo llamó Steven Spielberg no para un rodaje, sino porque tiene caballos, estaban enfermos y necesitaba ayuda. Y Santi no sabía quién era Spielberg. Fue, hizo su trabajo, lo conoció y ya. Pero él vive en su mundo. Es el Messi de lo suyo, e igual que Messi, solo piensa en lo suyo, le da igual todo lo demás”. Es “un chaval de Llagostera que cuando celebra su cumpleaños van futbolistas famosos que han sido sus clientes y ahora son amigos pero también la vecina de su pueblo a la que le compra el pan todas las semanas”.

Eso explica también, como explican la película y el propio director, la historia de Serra y Mabrouk: “Santi aprendió a amar a los caballos junto a su padre, y cuando conoció a Mabrouk le recordó a un caballo que tenía entonces. Ese lazo emocional tuvo más peso que cualquier criterio de raza e hizo que él fuese capaz de ver dónde podía llegar el caballo si se le daba lo que necesitaba”. Algo que coincidía con las inquietudes del propio Barrena: “Con lo que cuesta hacer una película, que nunca sabes si habrá siguiente, quiero que las mías tengan esta clase de historia, como Mediterráneo o 100 metros“.
El siguiente reto para Hermano Caballo es el de la distribución. El documental se estrena en 50 salas de España este jueves 8 de junio, pero en una sola sesión en cada una, a las 20.00 de la tarde. Barrena espera pasar ese test porque considera su película un documental atípico: “Es una película familiar, que la gente ve una vez y vuelve con sus hijos, como pudimos comprobar al presentarla en el Festival de Málaga”. Una historia sobre el hombre que aprendió a pensar como un caballo y sobre no dejar a nadie atrás.
Imágenes: Hermano Caballo – Beta Fiction Spain
