La ópera prima de Iker Elorrieta opta por la sencillez narrativa para una historia sobre el aislamiento y la incomunicación que no se ceba en el drama
El radioaficionado: Autismo para principiantes

El radioaficionado cuenta la historia de Niko, un joven con un trastorno del espectro autista que acaba de perder a su madre. Desde Vallecas, donde vive y trabaja, se traslada a su pueblo natal, una localidad costera de Euskadi desde la que pretende alquilar un barco que lo lleve a alta mar y allí poder lanzar las cenizas de la fallecida. Por el camino retoma la amistad con Ane, una antigua compañera del colegio. Pero los problemas para relacionarse de Niko y la hostilidad de algún vecino complicarán las cosas.
Estrenada hace ya casi un año en el Festival de San Sebastián, el primer largometraje de ficción de Iker Elorrieta es un drama intimista sin más ambición que su propia sencillez. El cineasta ha ejercido de montador, director de fotografía y guionista en una historia sobre incomunicación y personajes dañados que busca siempre ser respetuosa y sensible y contar las cosas de la manera más fácil para el espectador.
Así, El radioaficionado es una ópera prima interesante, que quizás no destaca particularmente en ningún aspecto pero si logra una armonía suficiente entre todos sus elementos como para tener personalidad propia y que puede al mismo servir para reflejar la experiencia de las personas que conocen estas situaciones como concienciar a quienes no.
El objetivo de El radioaficionado

En este caso habría que destacar que la película no se ceba con la condición autista de su protagonista ni tampoco hace pornografía de la exclusión, pero intenta transmitir la dureza de la incomunicación y el aislamiento que viven personas como Niko, aparentemente funcional pero con dificultades para relacionarse. El MacGuffin para su viaje físico que sabemos que también será de madurez y simboliza sin mucho disimulo su proceso de duelo es bastante común, pero al menos la película lo sabe y no insiste mucho, simplemente lo utiliza para permitir determinadas situaciones que son las que le interesan realmente, desde el nuevo trabajo que encuentra hasta su entorno en el pueblo.
En ese sentido el guión de El radioaficionado despliega para él una panoplia corta pero efectiva de secundarios con diferentes reacciones a su situación, con la novedad de que precisamente uno de los más crueles es precisamente otra persona que sufre problemas para integrarse debido a una discapacidad. Es más previsible la subtrama de la amiga de la infancia confusa en la forma de actuar respecto a él, que lo mismo lo infantiliza que intenta integrarlo como a un adulto, pero al menos el reparto lo salva según el momento y se evitan un par de tópicos que suelen ser especialmente sangrante (aunque no todos, claro).
Hay mucho que no se nos llega a contar, ni falta que hace, de las carencias emocionales de Ane o de la hostilidad de otras personas hacia Niko. Tampoco de la vida de este último en Madrid, pues apenas dos interacciones con su escaso entorno valen para definirla. Lo mismo para los personajes, alguno sin nombre, que son amables con el protagonista y saben ver más allá de su condición.
Narrar y explicar

Elorrieta toma, en general, decisiones bastante conservadoras en la dirección, probablemente en parte por falta de medios, pero también porque parece primar la sencillez expositiva sobre cualquier otro criterio. El cineasta ejerce de hombre orquesta en un rodaje que fue artesanal, dilatado y por etapas a lo largo del tiempo y al mismo tiempo corto en tiempo efectivo, lo cual añade a una capa de mérito a su ejecución. El acabado no termina de ser el que haría a la película más memorable, pero si es capaz de darle personalidad y tono propios, acompañando a la trama en cada momento.
En resumen, El radioaficionado es una buena ópera prima, que no puede evitar ciertos clichés pero logra tratar con la sensibilidad adecuada los temas que trata sin cebarse en el morbo ni tampoco en el drama barato. Quizás un poco previsible en algunos momentos, pero en general interesante y amable tanto con el espectador como con sus propios personajes, que no sermonea pero no se corta en ofrecer alguna conclusión y muchas preguntas.
La puedes ver online en
Imágenes: El radioaficionado – Begin Again
