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Pere Portabella: el cine como construcción de un relato común

Filmoteca Española repasa la trayectoria del veterano cineasta y productor, que sigue trabajando en nuevas películas sobre las crisis de nuestra época

Pere Portabella

«El cine de Pere Portabella adquiere mayor y mayor relevancia a medida que pasa el tiempo», explica Carlos Reviriego, director de programación de la Filmoteca Española. «Por un lado, sus rupturas con las formas y fórmulas convencionales del cine español le colocan como pionero de la vanguardia creativa y la migración del cine de salas a espacios museísticos. Por otro, su obra está extraordinariamente viva, en permanente diálogo con las tensiones del presente y, sobre todo, con otras artes que trascienden el cinematográfico, especialmente las artes plásticas y la música».

Reviriego atiende a Cine con Ñ para comentar el ciclo dedicado al cineasta catalán que entre el pasado mes de abril y el actual se desarrolla en el Cine Doré de la Filmoteca Española, en Madrid. Un repaso que permite, por ejemplo, contrastar sus dos «informes generales»: Informe general sobre algunas cuestiones de interés para una proyección pública (1976) y el casi 40 años posterior Informe general II. El nuevo rapto de Europa (2015). Películas que subrayan el unitario carácter rompedor y de fuerte compromiso social y político de un cineasta que lo vivió todo en nuestro país.

Pere Portabella, testigo de las crisis

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‘Informe general sobre algunas cuestiones de interés para una proyección pública’ (1976)

«Las crisis tienen la virtud de ser reveladoras», nos comenta el propio Portabella al teléfono, a cuento de la comparación entre sus dos ‘informes’, que prefiere no calificar como documentales. «La cultura permaneció en silencio acríticamente en las décadas en la que se aceptó que no había límites, que todo era posible. Cuando la ideología dominante considera que todo tiene un precio y que la capacidad normativa la tiene la economía, rompe el vínculo social. En ese sentido, la cultura tiene que recuperar su dimensión política», dice el director y productor.

Su respuesta, cuatro décadas después, sigue siendo romper las jerarquías y los códigos clásicos de la narración, renunciando a una jerarquía de las secuencias o la misma idea de las escenas o secuencias de transición. Su objetivo «radical», explica, es «ofrecer conflictos que deben interpretar sus usuarios. Desde una mirada global y desde lo que queda de la sostenibilidad, hoy estamos al límite y en el borde de un escenario sencillamente devastador».

Este compromiso ético, que ahora se traduce en la denuncia del abismo de la crisis climática y de las materias primas, es resultado de una intensa actividad artística que la propia Filmoteca nos recuerda que arranca en los años 50, con el renacer de las vanguardias plásticas y al tiempo que el cine moderno nace en España. Pere Portabella, nacido en Figueres en 1927, fue productor de Viridiana, activista por los derechos humanos y también elegido senador en 1977, participando en el nacimiento de la Constitución.

Carlos Reviriego apunta que el carácter político en el cine de Pere Portabella está «no solo en la superficie (los temas que trata) sino especialmente en su naturaleza subversiva y contestaría, en su forma de presentar mociones al sistema de producción instalado, en su capacidad para proponer un cine que ponga en cuestión las instituciones que lo rodean y los discursos normativos de la industria». El autor de El sopar «siempre ha sido un francotirador, un independiente y un humanista, no solo como director, especialmente también como productor de un cine contestatario y controvertido políticamente».

En palabras del propio director catalán, «la función del cine no se puede separar de la cultural. La cultura es un espacio para la actividad vital, plural y conflictivo en la que damos sentido al mundo que compartimos y en el cual nos implicamos, apuntando la necesidad a ser posible de otra experiencia en nosotros. El cine no es una cuestión aparte. La cultura es el espacio más significativo del que disponemos, porque puede pensarse a sí mismo».

Películas éticas y políticas que el espectador debe construir

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‘Informe general II. El nuevo rapto de Europa’ (2015)

La retrospectiva de Filmoteca Española incluye todos los cortometrajes y largometrajes dirigidos por Pere Portabella, entre ellos Nocturno 29 (1968), Vampir-Cuadecuc (1970), Umbracle (1972), El sopar (1974-2018), Informe general sobre algunas cuestiones de interés para una proyección pública (1976), Puente de Varsovia (1989), El silencio antes de Bach (2007), Mudanza (2008) o Informe general II. El nuevo rapto de Europa (2015).

Reviriego nos recuerda que «al contrario de lo que se suele estilar en este país, es decir, esperar a reconocer el legado de un autor cuando ya no está entre nosotros, en los últimos años, Filmoteca Española está volcado en la necesidad de rendir tributo, celebrar y dar a conocer a las nuevas generaciones la obra de nuestros grandes cineastas que aún siguen en activo, para que puedan compartirlas en la sala del Doré y entablar coloquios con los espectadores».

En el caso de Portabella, el veterano productor de Viridiana explica que su experiencia los pasados 6 y 7 de abril para presentar El silencio antes de Bach (2007) y Puente de Varsovia (1989) fue «espléndido, con unas reacciones también espléndidas porque existe una masa de gente interesada en el cine, también de gente muy joven, por lo que estas propuestas funcionan muy bien. Y siguen funcionando porque añaden su mirada y al final le dan sentido«.

Una base, la de no imponer su visión como autor, sobre la que se sostiene su negativo a calificar con un género, sea documental o cualquier otro, a sus filmes. «El concepto de documental es una cuestión relacionada con cómo funciona el consumo. Yo lo que hago es contaminar el espacio global en el que está la capacidad nuestra de imaginar relatos colectivos. El cine que yo utilizo no es el documental, porque al que mira una de mis películas lo que le propongo es subrogarse a sí mismo, que se apropie de mi película, haga un recorrido y la convierta en suya. No propongo películas para imponer mi visión».

Así, Portabella cita al filósofo Michel de Montaigne para señalar que «la cultura nos instituye en personas» y por tanto «es hora de actuar como personas y con ambición». Y nos anuncia su deseo de seguir trabajando en ese compromiso estético y político, rozando ya los 100 años de vida: «Estoy empezando un proyecto en la línea de la actual situación límite. No sé si será un largometraje, será una historia que puede durar lo que dure. La situación que se plantea es la desaparición de una parte del planeta y una gran crisis en base a ese vacío que va a generar problemas gravísimos. Quiero construir con personas que están pensando en serio en un intento de generar una forma distinta de que quede planeta para administrarlo entre todos de una forma civilizada».

Foto de portada: Pere Portabella – Filmoteca Española
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