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«El costumbrismo es valiosísimo: te están contando en clave de comedia tu realidad y al reconocerla te ríes el doble»

Marta González de Vega, coguionista de las sagas ‘Padre no hay más que uno’ y ‘A todo tren’, reflexiona sobre el humor familiar contra los tópicos, las críticas y el prestigio de la comedia

Marta González de Vega humorista guionista A todo tren Padre no hay más que uno

Marta González de Vega (Santa Cruz de Tenerife, 1977) ha escrito junto a Santiago Segura dos de las de cinco películas españolas más taquilleras de 2022, Padre no hay más que uno 3 y A todo tren 2, además de las entregas anteriores de ambas sagas de comedias familiares. Humorista, actriz, monologuista con un larga carrera que se remonta a los inicios de El club de la comedia y escritora con experiencia en televisión (Con dos tacones, Gym Tony, Pequeñas coincidencias), tiene pendiente este año el estreno de De Caperucita a loba, adaptación de su propio libro y monólogo teatral, que ha dirigido Chus Gutiérrez.

Atiende a Cine con Ñ por teléfono unos días antes de las fiestas de Navidad, en pleno rodaje de Vacaciones de verano, la nueva comedia con niños coescrita junto a Segura, y con A todo tren 2 escalando en las listas de lo más visto en cines. Empezamos hablando de su intervención viral en la gala de los premios Goya de 2022, en los que entregó el galardón a Mejor Guión Adaptado, con chascarrillo incluido sobre la aparente marginación de los escritores cómicos en este tipo de ceremonias.

¿Sigue vigente tu intervención en los Goya? ¿Por qué crees que es más difícil que se nomine o premie un guion de comedia?

No lo sé… y no creo que nadie lo sepa. Cuando dije aquello de que entregarlo era la única manera de que un guionista de comedia tocase un Goya creía que iba a ser un chascarrillo interno, para la profesión, pero tuvo repercusión general y se reprodujo mucho en medios… parece que es un sentir general el valorar mucho la comedia en privado pero no considerarla digna de premios (se ríe).

Pero no tiene más importancia. Como digo siempre, el premio son los espectadores, el hecho de que llenen la sala es el premio más grande. O, como dice Santiago, no cambio un premio por un espectador. Es curioso, pero no sé, parece que si algo es dramático, es más profundo, como si desde la risa no se pudiese decir lo mismo. Y si es por la dificultad, el esfuerzo de escribir un guion de comedia que funcione con chistes y ritmo es igual de duro que en uno dramático.

Marta González de Vega humorista guionista A todo tren Padre no hay más que uno
De caperucita a loba
Foto de rodaje de ‘De Caperucita a loba’.

Tres películas de Padre no hay más que uno, dos de A todo tren y ahora Vacaciones de verano, todas con muchos intérpretes infantiles. ¿Es más difícil también escribir para que lo interpreten niños?

Pues no me lo había preguntado así nunca. En realidad no te lo planteas, tratas a los niños como adultos y pones en su boca los chistes contando con que los van a decir bien porque son buenos interpretando. De hecho, te diría que los niños tienen la ventaja de que respetan el guion al límite, se lo aprenden literal, lo cual es muy importante en la comedia, porque es como una partitura musical, donde se estudia mucho dónde va cada palabra para que funcione. En ese sentido los niños son muy obedientes, no tienen esta cosa de «lo digo a mi manera» que a veces tenemos los adultos, no se plantean eso. Y luego también es muy importante la dirección, que en el caso de Santiago (Segura) hablamos de un gran director de comedia, y de cómo sacar de los niños el tono con el que se ha escrito cada chiste.

Ahora mismo lleváis un ritmo de dos guiones al año, no sé si puedes comentarnos algo sobre vuestro método de trabajo.

Bueno, este año han sido casi tres, que ya es como superloco. Escribimos Padre no hay más que uno 3 rallando el fin de 2021 y la rodamos en enero, luego escribimos A todo tren 2 y la rodamos en verano mientras escribíamos Vacaciones de verano, que ahora [por diciembre] la estamos terminando de rodar. Un ritmo muy loco. Es cierto que cuando empezamos a escribir las películas ya tenemos fecha de estreno, y eso te pone las pilas de forma brutal. Entonces, teniendo ese tope, nos reunimos, hablamos de lo que queremos contar, y luego escribir todas las horas del día, todas las que no estamos reunidos. Claro, si escribes mientras estás rodando, los atracones de 20 horas que me he pegado alguna vez son más difíciles (ríe).

«Padre no hay más que uno partía de ese perfil de padre despreocupado de las cosas de la casa que pensaba que estaba superadísimo»

¿Cómo ha sido el proceso de adaptar tu propio monólogo, De Caperucita a loba en solo seis tíos, al lenguaje audiovisual?

No tan complejo como pensaba. Siempre tuve claro que quería hacer esa transformación, y obviamente cada medio tiene lo suyo y el audiovisual permite cosas que no estaban en el teatro igual que el monólogo tiene cosas que no se pueden adaptar, o la versión en libro. Pero en el stand-up tu estás contando las cosas que van pasando y cuando hay un diálogo, lo reproduces, aunque seas tú sola. Así que esos diálogos se mantienen, solo que viendo lo que pasa y con un actor que da la réplica. Los seis tíos en el monólogo no tienen cara y en la película son Berto Romero, David Guapo, José Mota y Marco Zunino, porque hay uno que reaparece y otro que cumple dos roles…

¿Dirías que las comedias familiares y De Caperucita a loba tienen en común que se juega con el costumbrismo y los estereotipos de la cotidianidad?

Bueno, no tanto. A lo mejor en Padre no hay más que uno porque se parte de ese perfil de padre despreocupado de las cosas de casa y tal… que yo misma, cuando empecé a escribir, pensé que era una cosa superadísima. Al hacer entrevistas para documentarme me di cuenta de que no, de que en muchas familias sigue encargándose la mujer de todo eso. En ese sentido, a lo mejor sí parte de un estereotipo, y solo en la primera, y en el resto él ya ha evolucionado y vemos simplemente a unos personajes que les pasan cosas. Te pueden recordar a perfiles de personas, pero no son estereotipos.

En el caso de Caperucita, hablo de las actitudes que a veces se suelen tomar en las relaciones actuales, pero ni siquiera encasillando a cada uno, porque se deja claro que tanto chicos como chicas podemos encajar en esos roles. Y también que no hay un tipo de persona que se comporte siempre igual, sino que tenemos diferentes roles en relaciones con diferentes personas.

Padre no hay más que uno Marta González de Vega A todo tren
‘Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra’.

Pero, por ejemplo en Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra, a media película de repente se desmonta lo que parecía el gag recurrente entre yerno y suegra que se odian y se desvela que en realidad se está hablando en realidad de otro tipo de relaciones familiares…

Exacto, pero eso sería jugar con el estereotipo para romperlo. No queríamos crear una suegra que revalidase el tópico, sino darle el giro que se ve, denunciar el estereotipo y hacer caer al público en que quizás ellos mismos por inercia habían asumido un tipo de relación… cuando en toda la película, hasta ese momento, no se había dicho. Eso es una cosa del guión de Padre no hay más que uno 2 que a mí me parece muy interesante. La posibilidad de hacer una reflexión sobre algo sin ponerte intenso ni lanzar mensajes es algo que se puede hacer a través de la comedia y que siempre intento encontrar.

¿Qué opinas de las críticas que tachan el humor de vuestras películas de anticuado o conservador?

La verdad es que no estoy muy pendiente, y si me llega algo, prefiero concentrarme en trabajar a las personas a las que sí le gustan las películas. No puedes pretender que tu trabajo guste a todo el mundo como no puedes pretender que todo el mundo se enamore de ti. Pero, bueno, si lo anticuado es por el hecho de que sean una familia numerosa, o que esté ambientada en Navidad… es totalmente absurdo, porque es un modelo de familia que existe. En cada película aparecen varios modelos de familia, pero si ponemos tantos niños es por un motivo cómico: que el padre esté desbordado y que cada hijo tenga su propia personalidad y haga chistes que solo ese personaje pueda hacer. Además, si tienes más niños, con más tramas diferentes, más familias con hijos de diferentes edades se pueden identificar con la película.

La gran fuerza de Padre no hay más que uno fue que los padres se veían en esas situaciones: los problemas, los chats del colegio… Por mi experiencia en el stand-up, la identificación como método de risa funciona siempre muy bien. Recrear lo que pasa, el costumbrismo, es valiosísimo: te están contando en clave de comedia tu realidad, y al reconocerla te ríes el doble. Eso se ha hecho toda la vida y con el humor más inteligente del mundo. Y si es de otros tiempos o no, fíjate que una de las escenas más virales de la primera película, una de las que estamos más orgullosos y ha llegado fuera de España, a gente que no la ha visto, es cuando el personaje de Santiago habla con su hijo dentro del coche sobre el niño que le gusta.

Foto de portada: Marta González de Vega – Cedida por la entrevistada.
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