La miniserie de RTVE Play ‘Malaya. Operación secreta’ explica detalladamente la complicada investigación que derivó en nuestra mayor operación policial contra la corrupción urbanística y suscita preguntas incómodas
¿La corrupción sigue campando a sus anchas en España? Un documental sobre el Caso Malaya lo pone en cuestión

Malaya. Operación secreta repasa en cuatro episodios el Caso Malaya, la mayor operación policial contra la corrupción urbanística ejecutada en España y uno de los juicios más complejos afrontados por nuestros tribunales, alrededor de la trama criminal que operaba desde el Ayuntamiento de Marbella, en Málaga, y con la figura del asesor municipal y empresario, Juan Antonio Roca, a la cabeza. Un caso de cuyas primeras investigaciones se cumplirán en breve dos décadas y cuyas consecuencias aún planean sobre el municipio de la Costa del Sol. Y que además arrastra la sensación de que sus máximos responsables salieron casi impunes.
La docuserie de RTVE Play es otro documental sobre hechos criminales mediáticos de la historia reciente de España, pero se diferencia de sus presuntos homólogos en que no se trata de ningún true crime amarillento ni ningún suceso curioso —tipo Se busca millonario—, sino del relato de un gravísimo caso de corrupción, el más grave juzgado con luz y taquígrafos de la historia de España, si asumimos que ni en la Gürtel ni en los ERE se acabó de tirar de la manta. Algo raro, la verdad, primero por la pereza extrema de las plataformas y muchos creativos respecto al riesgo, segundo porque en España hemos dejado de hablar de corrupción, no está claro exactamente por qué.
No es que Malaya. Operación secreta tenga una opinión muy clara sobre eso último, pero sí que viene a decir que igual deberíamos hablar de ello. Porque uno de los ex fiscales anticorrupción que participa en ella presenta un dato tremendo: se calcula que en España la corrupción produce 40.000 millones de euros en rentas a sus beneficiarios. Casi como el rescate bancario, añade, como sin darle importancia al dato. Y que la Justicia recupera apenas un 1%. Es decir, que estas personas no solo tienen sensación de impunidad, sino también la percepción de que si los pillas es apenas un tropezón y van a poder seguir disfrutando de sus ganancias ilícitas. Pero me estoy adelantando, volvamos al principio.
Y tal y tal y tal

Dirige la serie documental Mónica Palomero, que intuye que ya nos sabemos lo básico y arranca desde la salida de Jesús Gil del ayuntamiento marbellí y las investigaciones que empiezan a apuntar a Roca como el verdadero cerebro de todo el entramado. Aunque en el capítulo tercero la narración volverá atrás y tratará el ascenso y caída del célebre presidente del Atlético de Madrid, lo evita en lo posible para que no se coma la narración, y centra los dos primeros episodios en la dificultad de rastrear el dinero, de demostrar la responsabilidad de Roca y allegados: teléfonos encriptados, investigaciones ficticias para evitar que la real se filtrase, etc. Un “hito policial”, como dicen las promos de la serie, que implicó un trabajo largo y delicado… y amenazas o seguimientos a los propios jueces, fiscales e investigadores.
Uno de los momentos cumbre del proceso fue cuando se procedió a las detenciones y los agentes de la Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF), creada a raíz de este caso, entran en una de las casas del asesor, a nombre de un presunto testaferro. Entre otras cosas, encontraron más de 500 fotos de Roca con piezas de caza, que sirvieron para demostrar que el inmueble era de su propiedad y lo ocultaba a través de terceros. Pero también el famoso tigre. Un tigre vivo en una jaula. El policía que lo cuenta afirma: “Tú no estás entrenado para enfrentarte a un tigre. Menos mal que está en una jaula. Pero en el momento que escuchas el rugido dices: ¿esto qué es?”.
Aunque estamos hablando del clásico documental que casi roza el reportaje largo —archivo, muchas escuchas dramatizadas (algunas, esta vez sí, inéditas) y gente sentada hablando a cámara—, Malaya. Operación secreta está rodada con un inevitable sentido del humor algo cínico y mucha autoconsciencia. Por ejemplo, para ilustrar con archivo bastaba con sacar imágenes del juicio, pero se muestran alguna de las llegadas de las concejalas o alcaldesas acusadas a declarar, que eran personajes del corazoneo, con un reportero comentándoles que vienen “muy guapas, muy arregladas” y el Mocito Feliz justo detrás, posando para la foto. Va a estar gracioso cuando se hable de esto, y quizás solo de esto, cuando en un año y pico se derive a Netflix y se entere la gente de que la serie existe aunque la tuvo gratis todo este tiempo.
Piscinas vistas desde el aire

Este humor en elipsis, tendente al chiste visual sin subrayados, se observa también en los momentos en los que la cámara sobrevuela Marbella mostrando piscina tras piscina mientras un antiguo activista comenta que en la ciudad se llegaron a levantar 18.000 viviendas ilegales y ninguna se ha derribado. Que la ciudad aún arrastra la deuda provocada por toda esa corrupción y, sobre todo, la falta de equipamientos, porque el suelo que destinaba a especulación ilegal se quitaba de centros de salud, colegios y otros usos sociales. Y que eso lo pagan los pobres, no los ricos y beneficiarios de todo aquel sistema.
La segunda parte del documental viene a ser quitarle épica a la primera, por decirlo así, y sobre todo, conectarlo con la actualidad. Viene a decir que el Caso Malaya no es algo de hace 20 años, sino algo que continúa pasando ahora, en la actualidad. No un hecho aislado, un crimen de un depravado porque en la vida hay gente muy mala, que profundo y realista es esto por favor. Sino un proceso sistémico de saqueo de lo público, frente al que funcionarios honestos que básicamente hacían su trabajo, como los jueces o agentes que pasan por aquí, tienen poco que hacer. Aparece el ex presidente Rodríguez Zapatero, que tuvo que tomar la decisión de intervenir el ayuntamiento de Marbella en 2006, un hecho inédito en la democracia española, y se pregunta si aquello sirvió para algo.
Así que Malaya. Operación secreta podría ser el clásico documental que adivina el pasado y te lo da todo cerrado, con lazo, porque hay una sentencia del Tribunal Supremo y todo, pero lo que deja son todo preguntas, una buena ristra. ¿Cómo se enteró Roca de la operación que había montada contra él? ¿Tiene el CNI escuchas relacionadas con el Caso Malaya, y si es así, por qué? ¿Quién era, en otros, un tal J.A.G. al que Roca no quiso identificar durante el juicio? ¿Cómo es posible que aunque sus bienes fueron embargados y subastados Roca siga viviendo en su antigua casa en el Edificio Poseidón de Marbella tras alquilársela al comprador? ¿Cómo narices ha entrado aquí un tigre vivo y qué hace fuera de la jaula?
Imágenes: Malaya. Operación secreta – RTVE Play
