Roberto Bueso dirige una comedia familiar basada en hechos reales y sin miedo a los chistes cafres en la que regresa a los 90 sin nostalgias ni idealismos
‘Llenos de gracia’ despide Málaga con buenos sentimientos y monjas futboleras

Llenos de gracia ha puesto punto final a este Festival de Málaga con una comedia familiar, que no cursi o infantiloide, y llena de buenos sentimientos. Monjas que fuman, muchos chistes de pajas, nostalgia noventera bien entendida -es decir, sin nostalgia- y la mejor explicación sobre para qué sirve el deporte que se puede dar en un trabajo más que correcto de Roberto Bueso, que confirma las buenas sensaciones de su ópera prima La banda.
Llenos de gracia se basa en la historia real del futbolista Valdo Lopes, formado en la cantera del Real Madrid y que jugó en Primera en clubes como Osasuna, Español, Málaga o Levante UD. Interpretado por Dairon Tallón, aparece como un personaje con nombre y apellidos, uno de los niños acogidos en El Parral, un orfanato religioso amenazado de cierre al que llega la hermana Marina (Carmen Machi), que para reconducir a un grupo de niños que rozan la delincuencia juvenil decide crear un equipo de fútbol y competir en un campeonato de verano.
La película ha participado en Málaga fuera de concurso dando un cierre tierno a los pases y con un público entregado que quiso aplaudir a todos los actores infantiles durante los créditos (en los que aparecían al estilo de Evasión o Victoria, acreditados uno a uno y en imágenes). Bueso explicó que para el equipo era muy importante, dentro de que se trataba de rodar una comedia amable, «respetar el corazón de la historia real».
Llenos de gracia y eso de las feel-good movies

Los productores explicaron que tanto Valdo como la familia de la hermana Marina han podido ver la película y quedado «muy satisfechos». Tanto la monja como el futbolista participaron en el proceso de documentación del filme, aunque la religiosa, que tiene ya 94 años, no ha podido verla ya terminada por problemas de salud.
Carmen Machi explicó la lectura que su personaje hace «en silencio» de la importancia del fútbol, y lo comparó con el proceso de trabajo en un rodaje, afirmando que «me quedaba embobada» viendo al reparto infantil y felicitando al equipo de casting. Incluso felicitó a Bueso por su forma de manejarse en el rodaje. «Lo de menos era ponerse el hábito. La propia película ha sido un reflejo de cómo fue nuestra relación, mucho de ellos han decidido ahora que quieren ser actores, y eso hace muchísima ilusión», explicó.
Machi, Paula Usero y Anis Doroftei se desenvuelven como las monjas protagonistas, un poco tópicas… quitando la protagonista, viajera, fumadora y un poco antipática, «una mujer adelantada a su tiempo», según la propia actriz. «Una mujer muy inteligente que para no tener que casarse con ningún hombre se casó con Dios, y eso me parece muy inteligente», comentó.
En los secundarios, Manolo Solo y Pablo Chiapella interpretan, curiosamente, versiones en realismo cómico de sus respectivos personajes de 30 monedas y La que se avecina -sí, Amador en la vida real se parecería a este personaje-. Nuria González, por su parte, recibe su personaje de siempre, de hija de su madre con buen fondo. En ese sentido, Bueso comentó que «mi único cometido era el de no estorbar» en el trabajo de los actores.
Llenos de gracia, los 90, las pajas y las monjas que fuman

Llenos de gracia, además, es una comedia simpática y en un tono en general tierno y juvenil, pero que no tiene miedo a chistes tan cafres como que el equipo de fútbol del orfanato acabe patrocinado por un club de alterne o que sus niños protagonistas sean unos cafres desatados, que guardan fotos de Marta Sánchez debajo de estampas de la Virgen -todo pasa en 1994 y el Mundial que ven los niños en la tele es el de EEUU, codazo de Tassotti incluido- y en sus primeros partidos se dedican a inflar a leches al equipo de colegio privado al que se enfrentan.
Las monjas fuman, beben cerveza y dicen palabrotas, el orfanato se salva no con milagros edulcorados sino utilizando -en la ficción, no sabemos los detalles de la historia real- sino manipulando las armas políticas del enemigo contra sí mismo y, como en las mejores películas deportivas, ganar o perder la copa, en realidad, importa un pimiento. Llenos de gracia, como explicaron sus reportajes, «es un cuento que honra la memoria de la gente que vivió aquello y que recoge la memoria del hecho esencial» que no tiene miedo a los chistes de pajas o a los niños que preguntan como ir a infierno porque seguramente sus padres están allí.
Podemos concluir, en fin, que si tiene la oportunidad Llenos de gracia encontrará su público, que alcanza todos sus objetivos porque sabe dónde ponérselos. Se le puede reprochar, quizás, la frustración de Carmen Machi, bastante futbolera al igual que la hermana Marina en la vida real, aunque aquí se la retrate como ignorante sobre el deporte por motivos cómicos. Bueno, en realidad, la principal pega, es que tanto la actriz como su personaje, dentro del mundo del fútbol, sean del Real Madrid. Pero bueno, nadie es perfecto.
Foto de portada: Carmen Machi en el photocall de Llenos de gracia – Festival de Málaga/Álex Zea
