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José Luis López Vázquez en FlixOlé: 10+1 películas para recordar al actor total

El madrileño dio auténticas lecciones de interpretación con personajes muy distintos, demostrando que «se atrevía con todo»

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De José Luis López Vázquez decía Pedro Olea, que lo dirigió en dos ocasiones, que era «el actor total, se atrevía con todo». Es ya casi un tópico reivindicarlo como uno de esos intérpretes que supo encarnar al español medio, bajito, moreno y con cara de resignación, pero su registro fue mucho más allá de la comedia que le dio la fama o del drama costumbrista que le supuso prestigio

José Luis López Vázquez hizo, literalmente, de todo, rodando junto a los mejores directores de su época (incluido George Cukor, que intentó llevárselo a Hollywood tras tenerlo como secundario en Viajes con mi tía en 1972). Una selección de 10 películas y un mediometraje -ya saben ustedes cuál- de la colección de 100 películas que se puede encontrar en FlixOlé sirve para repasar esas camaleónicas capacidades que le hicieron leyenda.

EL PISITO (1959), de Marco Ferreri e Isidoro M. Ferry

La primera gran película en la que se empieza a identificar el rostro de López Vázquez con el de cualquier hijo de vecino. Rodolfo, un pobre ganapán que no aspira más que a poder pagar la entrada de un piso para casarse con su novia, acaba metido en enredos imposibles y miserables, incluido un matrimonio de conveniencia, para salir adelante.

PLÁCIDO (1961), de Luis García Berlanga

La contraparte miserable del pobre tipo que era Rodolfo la representa Quintanilla, un organizador de eventos trepa y sin principios, hipócrita como él solo, en una de las más descarnadas críticas a la hipocresía del franquismo del maestro Berlanga. La capacidad de López Vázquez para expresar con la mirada lo contrario de lo que verbaliza su personaje es una lección de interpretación.

ATRACO A LAS TRES (1962), de José María Forqué

Fernando Galindo, un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo. Pocas frases más icónicas. Un empleado de banca mediocre, lleno de rencor, ridículo pero humano y tierno como cualquiera de nosotros. Este aspirante a criminal lleno de torpeza pero también de un buen fondo más que comprensible fueron todos los españoles hasta las narices de su jefe (quizás incluso lo seguimos siendo).

LA GRAN FAMILIA (1962), de Fernando Palacios

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El Padrino Búfalo es uno de esos secundarios robaescenas que pasan a la historia. Los críticos reprocharon a López Vázquez su sobreactuación, pero la exagerada forma de hablar del personaje consiguió convertirlo en icónico y casi en marca de fábrica del actor para la comedia. Aquí el madrileño se transformó en un cuñado, todos nuestros cuñados. Insoportables a veces, pero sin los que es imposible concebir una verdadera Navidad en familia.

PEPPERMINT FRAPPÉ (1967), de Carlos Saura

Saura se la jugó dándole a un actor que todos relacionaban con la comedia bufa un papel eminentemente dramático y que retrata la falta de perspectivas de la vida en provincias -ahora diríamos de la España Vacía- en la época de la dictadura. Aunque en algunas salas el público se reía al verlo en escena, López Vázquez compone un papel de un hombre en busca del amor con cero gramos de ironía o burla.

EL BOSQUE DEL LOBO (1970), de Pedro Olea

Peppermint Frappé abrió la puerta a que Pedro Olea se arriesgase con José Luis López Vázquez en el papel de Benito Freire, trasunto de Manuel Blanco Romasanta, el mismísimo Sacamantecas. Aquí el actor se enfrenta al doble reto de interpretar a un enfermo de epilepsia con tendencias psicóticas que es, a efectos narrativos, un hombre lobo. El de asesino en serie era sin duda el último papel en el que nadie lo esperaba, y él superó el reto con nota.

MI QUERIDA SEÑORITA (1972), de Jaime de Armiñán

Aunque para personaje inesperado el de Adela o Juan Castro, personaje principal de una película adelantada a su tiempo en la que no llegamos a conocer la naturaleza concreta de su transformación y que pone en cuestión los roles de género de la época. López Vázquez consigue darle credibilidad al hombre con ademanes de mujer y a la solterona conservadora, al deseo reprimido y a la timidez de quien se ve empujado a una vida para la que nunca fue preparado. 

NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO (1973), de Pedro Olea

Martín, el protagonista de la segunda colaboración entre Olea y López Vázquez, es un viudo que vive en compañía de una muñeca de tamaño natural a la que trata como si fuese su esposa (algo parecido a lo que hizo Berlanga en Tamaño natural). Un material que en manos de otros directores o actores de la época se habría convertido en comedia bufa aquí se convierte en tragedia mezclada con vodevil y con el madrileño haciendo un alarde de recursos espectacular y pocas veces visto en una cinta de estas características.

TODOS A LA CÁRCEL (1993), de Luis García Berlanga

El Padre Rebollo es otro secundario robaplanos. Caricaturesco, miserable y exagerado, como el resto de personajes, José Luis López Vázquez se las apaña para llevar su característica dicción cómica al terreno de la sátira descarnada. Fue su despedida en lo alto al cine de Berlanga, figura también capital en su carrera.

MEMORIAS DEL ÁNGEL CAÍDO (1997), de David Alonso y Fernando Cámara

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Una última incursión en el terror rodeado de un reparto de viejos rockeros en un papel tan secundario y discreto como decisivo para la trama. Aunque la película tiene ya más de 25 años no revelaremos nada sobre el destino final de Antonio el sacristán ni lo que José Luis López Vázquez logra aportar al mismo, solo diremos que este clásico del fantástico español no podría ser el mismo sin su presencia. 

Extra: LA CABINA (1972), de Antonio Mercero

El mediometraje más célebre de la Historia del Cine Español. Sin nada que reprochar al pulso narrativo de Mercero y su guión a cuatro manos junto a José Luis Garci, es la expresividad de López Vázquez, de nuevo jugando con los prejuicios del espectador de la época que esperaría de él una bufonada, la que nos conduce por el camino de la desesperación. Una lección de expresión corporal y de control de la intensidad dramática que podría utilizarse para dar clases en las escuelas de Arte Dramático.

Las distintas interpretaciones de José Luis López Vázquez se pueden disfrutar en las 100 películas que componen la Colección dedicada al actor en FlixOlé.
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