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“Todo el reparto se obsesionó con ‘La Mesías'”

Biel Rossell Pelfort es una de las revelaciones actorales de ‘La Mesías’, la serie de Los Javis para Movistar Plus+ en la que interpreta a un joven oprimido por sus padres

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Biel Rossell Pelfort es uno de los descubrimientos de la temporada de series gracias a su papel en La Mesías, el último éxito de Javier Ambrossi y Javier Calvo, Los Javis. Interpreta a Enric, el personaje que sirve de guía al comienzo de la historia de las hermanas Stella Maris, cuando es un adolescente. La versión adulta corresponde a Roger Casamajor y la infantil al jovencísimo Bruno Núñez, pero la que le toca a Rossell es clave porque explica las motivaciones del personaje y el momento en que se empieza a conocer a sí mismo. Un chico oprimido por sus padres y que encuentra en el cine una forma de escape.

Nacido en Igualada, Barcelona, hace apenas 19 años, tiene en su curriculum el largometraje La vida sin Sara Amat (2019), de Laura Jou, y su secuela en formato miniserie, Cucut (2022). Nos atiende por teléfono en los huecos que le dejan sus ensayos en el Teatre Nacional de Catalunya y las clases de interpretación, una formación con la que continúa mientras se siguen estrenando episodios de La Mesías, la serie que puede marcar la diferencia en su carrera.

¿Cómo fue la construcción de Enric? Para las hermanas existían referentes claros como los grupos musicales The Shaggs o las Flos Mariae, pero no uno tan evidente para el hermano mayor.

Para construir a Enric joven, en mi caso, no sé Roger [Casamajor], no teníamos un referente, de usar de modelo a alguien. Tampoco me informé mucho de cómo es una persona que vive encerrada en su casa, pero sí que me sirvió de apoyo todo el mundo de las niñas, porque al final la experiencia de ellas también la ha vivido Enric.

No teníamos un referente masculino joven claro, pero con Javier Ambrossi y Javier Calvo trabajamos los rasgos más físicos del personaje a partir del guión o de los movimientos de la coreografía. Trabajamos mucho a partir de las manos, de cómo él mueve las manos. Son gestos, modos, caras, actitudes, respiraciones… que a él le parecen comunes, pero que sacadas de la realidad que vive Enric, desde el espectador, parecieran extraños.

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Biel Rossell Pelfort en La Mesías’. Foto: Movistar Plus+

Pero para él tenían que ser naturales.

Exacto, este era sobre todo el reto. En la vida tú puedes sentirte normal y que no te vean así. Él no se considera extraño a si mismo, eso fue a la vez lo más difícil y lo más bonito de hacer. Ver cómo se relaciona con el exterior, y que haciendo poco, ya se vea que es extraño. Trabajamos mucho la mitad de fuera y de la dentro, la actitud.

¿Has trabajado a partir de lo que hacían los otros actores que han interpretado a Enric?

Con Roger solo hicimos un ensayo, nunca ensayé con Bruno. Se rodó bastante cronológicamente, casi todo. Primero Bruno, luego yo y luego Roger. Y viendo el episodio 4, la escena que está Enric con Irene hablando en un bar, veo un momento que él compone un movimiento de las manos… Hay algo del personaje que es parecido a lo que ha pasado con las Montses, Ana [Rujas], Lola [Dueñas] y Carmen [Machi]; se trata de encontrar lo que podríamos llamar el alma del personaje, la mirada de la persona que ha vivido esa realidad. Si consigues eso, se parece mucho más de lo que nos podemos parecer físicamente Roger, Bruno y yo.

Por mi parte pedí ver lo que había rodado Bruno, para ver qué gesto o palabra podía heredar de él. Pero eso lo hice porque me obsesione… como todos los actores, que nos hemos obsesionado con esta serie. Pero Los Javis no querían que trabajásemos conjuntamente o nos fijásemos tanto, confiaban mucho en la magia. Nos decían: “tranquilos, os vais a parecer porque los tres entendéis lo que le pasa a Enric, y si se entiende lo de dentro, se va a parecer lo de fuera”.

“Ambrossi siempre antes de rodar una secuencia te lo repasa todo, es como un profesor”

Lo que Javier Ambrossi ha llamado el “raccord emocional”…

Sí. Ambrossi siempre antes de rodar una secuencia te lo repasa todo, es como un profesor. Yo me leí el 1 y el 2, la parte de Bruno y Carla [Moral, que interpreta al personaje de Irene, la hermana de Enric, de niña] con Ana Rujas, y luego con Irene Balmes [Irene como adolescente, que luego Macarena García encarna de adulta] trabajamos la mirada, esa mirada de hermanos de haber vivido tanto. Que se entienda esa relación. Eso lo trabajamos mucho con Lola, cómo es la relación de Enric con su madre en ese momento.

¿Habéis tenido mucho tiempo para trabajar, muchos más ensayos de los que suele ser habitual en series?

Sí, y era muy agradecido ensayar tanto. En mi caso estuve cuatro o cinco semanas ensayando, entre ensayos de personajes y las coreografías. He trabajado muchas horas de coreo con Belén Martí y Celso Giménez… El cuerpo me ayudó mucho para construir a Enric. Porque el papel tiene esta relación con el baile para expresar, así que aproximarnos así a él nos hacía encontrar muchas cosas de él. Volviendo a lo que dije de las manos, es algo que surgió en el casting, que empecé a encontrar una cosa física en cómo él se expresa a través del movimiento de las manos y los Javis dijeron: “sí es él, ha encontrado algo del personaje que podemos trabajar”.

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La familia de ‘La Mesías’. Foto: Movistar Plus+

¿Qué importancia tiene el baile?

Para Enric el baile es la vida que necesita ser expulsada, una frase de la serie que me inspiró muchísimo: el arte como evasión del terror. Un referente para él, dentro de la ficción, es Bailando bajo la lluvia, así que saqué movimientos de Gene Kelly… pero también de Billy Elliot, cuando corre por las calles para desahogarse. Algo parecido a esa necesidad siente Enric en el cuarto de castigo. La lucha era crear un baile que no fuese un baile común, que no fuese bonito o tuviese técnica, que yo no tengo ninguna, no sé bailar, pero que para él sí fuese bonito. Es un personaje que no baila bien, pero para él sí que lo hace bien. Esas coreografías tenían que tener una parte dramatúrgica también, como cuando él se ve en el escaparate, se ve por primera vez en una pantalla haciendo lo que él quiere.

Esa dinámica de Enric llega a su máxima expresión en la escena de la “danza de Zogo”, la sala de castigo…

(Se ríe) Ya se ha hablado mucho de cómo funcionaba, esa danza con la habitación giratoria para que pareciera que yo me subo por las paredes. Al inicio me sentía como en una atracción de Port Aventura, me mareaba porque perdía referencias, ¿qué hace una escalera sobre mi cabeza? En los ensayos a veces empezaba pidiendo que me dejasen andar un poco normal para tomar referencias. Con los coreógrafos hablamos mucho de lo que se podía hacer a nivel técnico y qué creaba más efecto. Me gusta porque es una secuencia casi sobrenatural, y es lo bonito que tiene, como en la cabeza de Enric el baile lo lleva a imaginar que puede andar y correr ahí dentro. Grabamos muchos minutos de metraje y lo que se ha visto lo han resumido, cogiendo los mejores momentos.

“La naturalidad no hacia falta buscarla, aparecía sola”

¿Cómo trabajastéis la conexión con las niñas, ese papel de Enric como cuidador de sus hermanas pequeñas?

Fue muy bonito y enriquecedor trabajar con las niñas, con todas ellas, las cinco. Los Javis no las trataban como si fuesen niñas que no sabían qué estaban haciendo, sino con mucho respeto, como actrices. Eso a ellas les gustaba mucho porque tenían muy claro que formaban parte de la serie y que tenían que contar una historia. A base de juegos, fuimos construyendo esa relación como hermanas desde el personaje: como yo hablo con una o con otra, qué necesita cada una… una quiere jugar más, otra quiere hablar más… Esto lo encontrábamos ensayando, comiendo juntos, contándonos cosas de nuestra vida… hablándonos como si fuésemos hermanos.

Se trataba de que pudiésemos jugar, pero también pudiésemos decir “bueno, basta, nos queremos mucho y podemos estar serios”. Y en el rodaje era así: ahora toca jugar, y ahora le hacemos caso a Biel, porque Biel está serio e Irene también está seria, y eso quiere decir que no podemos jugar más. Ayudó a construir una relación muy de verdad. Hay secuencias en las que ellas [las niñas] no tenían texto y nosotros, los actores mayores, teníamos que estar en presente total… que es lo que buscamos siempre los actores. Ellas cinco nos daban eso, reaccionaban a lo que pasaba desde una verdad absoluta. Esa naturalidad en las escenas no hacía falta buscarla, aparecía sola.

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Biel Rossell Pelfort en La Mesías’. Foto: Movistar Plus+

¿Y la experiencia de rodar con Lola Dueñas y Albert Pla?

Lo de Albert y Lola es muy fuerte. Cuando me leí el guión no sabía quiénes harían de Montse y de Pep. Lo pensaba y me parecía superdifícil, no me salían nombres, ¿quién es tan bueno? Y me dicen: Lola Dueñas y Albert Pla. Para mí es un sueño, como catalán, trabajar con Albert Pla… Es el descubrimiento de 2023, como persona y como artista. De él he aprendido muchísimo: su actitud viniendo al rodaje, su amor hacia este oficio… Y como actor siempre dispuesto a todo.

Y de Lola… Lola es el trabajo incansable. Terminamos el primer bloque, el segundo empezábamos en enero a rodar, era noviembre y decía: “Ya me estoy preparando para la Montse que vendrá. Esta Navidad todo el día estaré pensando en Montse…”. Me ponía presión por ir a rodar con Lola y Albert, en plan, “es que son muy buenos, no tengo experiencia”. Pero en vez de hacerme pequeño, intenté tocar sus notas, y esto fue el gran cambio. Fue bastante mágico y a la vez muy intenso.

Portada: Biel Rossell Pelfort – Suma Content
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